Beni cuenta con más de tres millones de bovinos, un poco más de siete animales por habitante, por lo que es el principal proveedor a los mercados de La Paz y Santa Cruz, y el llamado a ser protagonista en el proyecto de aumentar las exportaciones a mercados más exigentes y de mejor pago, más aún cuando el país tiene el estatus sanitario de país libre de aftosa con vacunación.
Sin embargo, el departamento, que es uno de los líderes en el consumo de carne con 40 kilos per cápita, cuando el promedio a escala nacional no supera los 20 kilos, tiene un talón de Aquiles que le quita competitividad y lo hace dependiente de Santa Cruz: la infraestructura de frigoríficos ‘clase A’.
Las debilidades
Según Mario Hurtado, presidente de la Federación de Ganaderos de Beni y Pando (Fegabeni), las condiciones naturales de departamento con excedente de carne choca con la falta de una adecuada logística destinada para realizar una exportación de origen, lo que obliga al ganadero beniano a mirar a Santa Cruz.
Para empezar, en Beni no existen mataderos tipo uno, que son aquellos que cumplen con las normas internacionales para recepcionar y, en algunos casos, faenar a los animales.
Hurtado explicó que ese es un gran problema, pues obliga al ganadero y a los animales a viajar varias horas hasta Santa Cruz para poder utilizar la infraestructura que hay en el lugar, lo que significa encarecer el producto por el pago del transporte.
Otra debilidad del gigante beniano es que no cuenta con frigoríficos de primer nivel que estén aprobados para realizar ciertos cortes o tener el producto listo para su traslado.
En este punto Hurtado aclaró que, en el país, el único departamento con mataderos y tres frigoríficos que califica para exportar carne de res es Santa Cruz y que para que eso llegue a Beni se va a necesitar de la participación gubernamental, la Gobernación y los privados.
Por ahora todo está en papel, hay proyectos para construir un par de mataderos y un frigorífico camino a Santa Cruz, pero se deben dar varios pasos para concretar el sueño de exportar carne verde (ecológica) de origen.
Hurtado considera que de contar con esta infraestructura se puede mejorar la rentabilidad del ganadero, que se ahorraría el costo por el uso de los mataderos y de los frigoríficos cruceños y, lo más importante, por primera vez se podría exportar al mundo carne beniana de origen, producida e industrializada en el departamento.
A esta falta de infraestructura se suma el impacto de las inundaciones y del frío. Aún se pueden observar grandes extensiones de terreno bajo el agua y las que ya secaron muestran un color a tierra quemada, donde la vegetación murió por las bajas temperaturas, por lo que el ganado debe caminar más en busca de alimentación con el consiguiente riesgo de seguir perdiendo peso o de ser presa de los depredadores.
Rodolfo Gutiérrez, administrador del predio La Esperanza, a 40 kilómetros de Trinidad, cuenta que unos 50 animales murieron por las bajas temperaturas y que la falta de alimento se presenta como uno de los principales problemas una vez que el agua baje.
Fernando Bohme, de la propiedad ubicada en San Pablo a 80 kilómetros de la capital beniana, también sufrió la muerte de un centenar de bovinos a causa del frío.
A las contingencias climáticas, el anuncio del Gobierno de dotar recursos a los afectados para la compra de infraestructura y animales es otra de las preocupaciones del sector.
Burocracia que no arranca
El 3 de marzo de 2014 el Gobierno junto a los ganaderos firmaron distintos decretos de emergencia, en los que sobresalía la oferta de $us 30 millones para el repoblamiento pecuario y para el tema de la infraestructura dañada por el agua.
Carmelo Arteaga, gerente de Fegabeni, explicó que hasta el momento, a 90 días del anuncio gubernamental, no se desembolsó un solo boliviano.
Presentar el certificado de afectación se ha vuelto un dolor de cabeza. En el documento que lo avala el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), se debe dejar constancia de la cantidad de animales muertos, los carnés de vacunación y del titular y otro datos más del postulante.
El certificado va a La Paz, ahí verifican otros datos, luego vuelve a Beni y pasa al Banco Unión, entidad financiadora.
Hasta el momento, hay 43 carpetas que ya tienen el visto bueno y que esperan el último paso que es que los técnicos del Unión, pasen a verificar en campo los datos que los ganaderos detallan en la documentación presentada.
Sin embargo, algunos nubarrones se presentan, debido a que en la entidad bancaria indicaron que de ninguna manera aceptarán como garantía prendaria los predios que no estén saneados, un requisito que a los ganaderos les quita el sueño.
REQUISITOS QUE ESTÁN ATRASANDO LA AYUDA
Las críticas por la tardanza en la aprobación de los créditos apuntan a la Dirección de Repoblamiento dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras; su director, Jorge Limpias, reconoce que se debe mejorar y que se está fallando en la celeridad.
Sobre el tema del certificado de afectación, Limpias precisó que al banco se le presentó la documentación adecuada y debidamente cotejada; sin embargo, desde el Unión se les hizo saber que los mismos debían tener un holograma y un código de seguridad, algo que está retrasando la aprobación de los créditos.
Limpias remarcó que ya se cumplió con los requisitos y que hay 43 carpetas que pueden ser sujetas a algún monto de préstamo, a tiempo de subrayar que las mismas suman unos $us 9 millones para infraestructura y $us 1 millón para la compra de pastura.
La autoridad pidió a los ganaderos que se acerquen a la Dirección de Repoblamiento para llenar sus solicitudes y no quejarse solamente.
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