lunes, 28 de diciembre de 2015

El pescado en la seguridad alimentaria

Según el Coordinador de Peces para la Vida II, la Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo de 12 kg de pescado por año; se observa, sin embargo, una gran diferencia entre los distintos continentes, regiones y grupos económicos. En América Latina, el consumo per cápita llega a 10 kg y en Bolivia no sobrepasa los 3 kg.

¿Cómo mejorar la contribución del pescado a la seguridad alimentaria para el beneficio de más familias?
Esta pregunta se hace el Proyecto “Peces para la Vida”, la primera plataforma dedicada al sector pesquero y piscícola en Bolivia.
Facilitada por varias ONG, universidades y empresas de Bolivia y Canadá, cuenta con el apoyo del Fondo Internacional de Canadá para la Investigación en Seguridad Alimentaria (CIFSRF).

En líneas generales, provee información técnica y social, genera espacios de intercambio, facilita el acceso a servicios financieros y apoya el fortalecimiento de los complejos productivos de las pesquerías y de la piscicultura familiar y de pequeña escala en la Amazonía boliviana.

Áreas de acción
ECOS consultó al coordinador del Proyecto Peces para la Vida II, Rodrigo Daza, si trabajan solo en zonas tropicales del país.

“Principalmente en zonas amazónicas, aquellas que hemos denominado zonas núcleo, que son: Pando y Beni (municipio de Riberalta, cinco territorios indígenas y un área protegida). Asimismo, en Santa Cruz (municipios Yapacaní, San Carlos y San Juan), además del trópico de Cochabamba en Entre Ríos y Puerto Villarroel”, fue su respuesta.

Paralelamente, en esta segunda fase del proyecto, inaugurada este año, buscan escalar las soluciones tecnológicas y sociales que plantean a otras regiones del país, que denominan “no núcleo”: en Villamontes, otros municipios del trópico de Cochabamba (Chimoré, Villa Tunari) y Moxos en el Beni.

“Seguramente, las experiencias desarrolladas por Peces para la Vida II podrán ser aprovechadas en otras zonas del país, así como está previsto en el curso del proyecto publicar varios manuales técnicos y facilitar el acceso a herramientas técnicas e informaciones del proyecto… esperamos que nuestras experiencias puedan ser útiles a todo el país”, complementa Daza.

Entretanto, es bueno saber que la Amazonía boliviana alberga una gran cantidad de peces y provee actualmente 7.000 toneladas de pescado, recurso clave para la seguridad alimentaria que mejora las condiciones de vida de las familias a través del autoconsumo y de la comercialización.

Objetivo
Volviendo a la pregunta inicial: ¿Es posible entonces mejorar la contribución del pescado a la seguridad alimentaria para el beneficio de más familias?
Entre sus objetivos centrales se encuentra el de “mejorar la contribución del pescado a la seguridad alimentaria y a la reducción de la pobreza, particularmente de mujeres, niñas, niños y familias indígenas en la Amazonía boliviana”.

También hace notar que, siendo nutritivo y saludable, el pescado es indispensable para una dieta equilibrada. “En Bolivia su consumo es bajo, principalmente a base de pescado importado, y el sector pesquero y piscícola está localmente confrontado a varios obstáculos. Pero tanto la pesca como la piscicultura tienen todo el potencial para ofrecer productos nacionales de calidad y, al mismo tiempo, mejorar las condiciones de vida de comunidades rurales e indígenas a través de la producción y comercialización, y complementando la dieta de las familias con el autoconsumo”, se puede leer en Boletín informativo 2015-2018 de esta organización.

Peces para la Vida interviene en los niveles de producción, comercialización y gobernanza, siempre en articulación con los actores del sector y con entidades financieras.

Demanda e importación
Daza comenta a ECOS que “a nivel mundial se distingue una tendencia hacia el alza en la demanda de pescado, que es generada por una combinación de factores como el crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos y los cambios en las preferencias de los consumidores”.

Según el Coordinador de Peces para la Vida II, la Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo de 12 kg de pescado por año; se observa, sin embargo, una gran diferencia entre los distintos continentes, regiones y grupos económicos. En América Latina, el consumo per cápita llega a 10 kg y en Bolivia no sobrepasa los 3 kg.

La demanda total correspondiente a los 10 millones de habitantes en el país, con un consumo de 3 kg anuales por persona, es de aproximadamente 30.000 toneladas.

Daza también hace notar que la estructura de comercialización de pescado en Bolivia se encuentra poco desarrollada, ya que la dinámica de comercio de esta carne se rige por la oferta y no así por la demanda. “La baja producción nacional de pescado fuerza a recurrir a las importaciones para atender los requerimientos del mercado: el 60% del pescado consumido en el país es importado”.

Pese a todo, destaca el potencial de expansión de este producto en el país. “Actualmente existe una creciente demanda de productos pesqueros, estimulada por diferentes factores como: el crecimiento de la población, que implica un aumento implícito en la demanda de alimentos; la urbanización que conlleva la expansión de los centros urbanos y consecuentemente de sus mercados y requerimientos de suministros; además del apoyo del Gobierno para fomentar la producción y el consumo”.

Antecedentes
Fruto de una cooperación entre Faunagua, World Fisheries Trust y Agua Sustentable, Peces para la Vida inició sus actividades en 2011, gracias al apoyo del CIFSRF.

Desde su creación, con el objetivo de contribuir a la seguridad alimentaria a través del fortalecimiento de las cadenas de valor del pescado, se constituyó como una alianza entre actores e instituciones.

Durante su primera fase de actividad (2011-2014), el proyecto realizó numerosos estudios del sector pesquero y piscícola, logrando analizar y mejorar la cadena productiva, fortalecer los sectores en Bolivia y promocionar el consumo de pescado.

Actividades del Proyecto Peces para la Vida
Estas son algunas de las actividades de este proyecto:
- Optimizar las prácticas de manejo sostenible del paiche (Arapaima gigas) y replicarlas en comunidades indígenas.
- Mejorar y difundir estrategias de mercadeo de pescado, aumentando su calidad, con el fin de incrementar los ingresos y la nutrición en los hogares.
- Desarrollar y proveer mecanismos financieros de soporte para ampliar iniciativas empresariales de pequeña escala en el sector pesquero y piscícola.
- Incrementar los medios de vida a través de piscicultura familiar de pequeña escala, enfocando en el liderazgo de la mujer, la sostenibilidad ambiental y la responsabilidad social.
- Contribuir a la construcción de un entorno favorable para la gobernanza de la pesca y piscicultura en Bolivia.
- Contribuir al entendimiento de conceptos y prácticas para replicar experiencias positivas a escala mayor.
Fuente: www.pecesvida.org

Instituciones ejecutantes y de cooperación
Peces para la Vida II está ejecutado por seis instituciones de Bolivia y de Canadá: CEPAC, Centro de Promoción Agropecuaria Campesina (Bolivia); FAUNAGUA, Instituto de Investigaciones Aplicadas de los Recursos del Agua (Bolivia); WFT, World Fisheries Trust (Canadá); IMG, Ingeniería Marketing Gestión Consulting (Bolivia); CIDRE, Institución Financiera de Desarrollo (Bolivia); UVIC, University of Victoria (Canadá). Todas ellas en alianza con más de 20 actores e instituciones del sector pesquero y piscícola.
Cuenta también con el apoyo del Fondo Internacional de Canadá para la Investigación en Seguridad Alimentaria (CIFSRF), programa del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), realizado con el respaldo financiero del Gobierno de Canadá a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, Comercio y Desarrollo de Canadá (DFATD)

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