Manuel Ávila Chytil, de nacionalidad paraguaya es un experto en genética animal y director de Alta Genetics Inc., al describir el éxito de la ganadería paraguaya tanto en producción de carne y exportación, cuyo sitial es segundo en Sudamérica, nos describe lo que debe hacer Bolivia.
P. ¿Cómo catalogamos la ganadería de los últimos años?
M.A.: La ganadería a nivel global está creciendo. En perspectiva hay una demanda muy grande para los próximos diez años. Con el ingreso de China e India en la oferta de carne y leche al mercado mundial se ha estabilizado la demanda, pero eso sigue en aumento conforme la población va creciendo.
P. ¿Cuál es el desafío de América Latina?
M.A.: Hay un desafío muy grande ya que la demanda mundial no solo crece, sino que la demanda exige calidad. En ese contexto los países sudamericanos están llamados a cualificar sus procesos de producción y con tecnología.
P. ¿Y en el caso de Bolivia?
M.A.: Tanto Bolivia, Paraguay y una parte del norte de Argentina tienen una capacidad de producir todavía subexplotadas. Apenas estamos en un 30% de nuestras potencialidades. Entonces en eso hay que trabajar
P. Paraguay ha crecido, ¿a qué se debe?
M.A.: Paraguay ha crecido de manera fuerte en términos de producción y exportación, constituyéndose en el sexto mayor exportador de carne del mundo, quitándole el protagonismo a Uruguay, que era el segundo de Sudamérica después de Brasil. Y la condición para ello es tener el estatus sanitario, el control y las condiciones técnicas apropiadas.
P. ¿Qué debe hacer Bolivia?
M.A.: Lo que debe hacer Bolivia es lo que se hizo en Paraguay: que el Gobierno ayude; pero que no moleste. Es que el éxito de una buena ganadería depende de la salud animal y el acompañamiento técnico que todo ello requiere. Se trata de un criterio a largo plazo, independientemente de los cambios políticos y de gobierno.
P. ¿Cómo se materializa eso?
M.A.: En la ganadería cualquier decisión toma un proceso de tres años, desde que nace, se desarrolla y hasta el momento de la comercialización. Entonces, hay que fortalecer ese proceso con calidad y visión netamente técnica. Para ello se debe trabajar en buscar mercados con productos de calidad.
P. ¿La regulación es una traba?
M.A.: Absolutamente. Eso mató la producción de carne en la Argentina. Esos sistemas de cupos en siete años disminuyeron 7 millones de cabezas de ganado. Restringieron la exportación, reprimieron los precios, al final la carne quedó más cara para su propio mercado. Fue un tiro en el pie.
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