El Servicio Departamental Agropecuario (Sedag) declaró una veda temporal para las especies de carpa y pejerrey en la zona de los valles y alturas, en todas las lagunas y represas del departamento. La restricción se aplicará desde el 10 de septiembre de 2014 hasta el 31 de marzo de 2015 por ser época e desove.
La Resolución Administrativa 003/04 del Sedag establece que las personas naturales o jurídicas dedicada al comercio de las especies de carpa y pejerrey, que no cumplan con la disposición serán sancionadas según la gravedad en aplicación a los Reglamentos de Pesca, Acuicultura y de Comercialización de especies Piscícolas, sin perjuicio de las acciones penales previstas en el Artículo 87 de Código Penal.
El Sedag informó que son responsables de velar por el cumplimiento de la veda los municipios, la Policía y las Fuerzas Armadas. El objetivo “es conservar y proteger de manera sustentable de los recursos naturales y la biodiversidad”, según la mencionada resolución.
El Reglamento de Pesca aprobado en 1990 establece la aplicación de vedas, con carácter total o parcial, de acuerdo a los ciclos de reproducción biológica que demandan la conservación de las especies.
Antecedentes
En Cochabamba existen tres tipos de aptitudes piscícolas: las alturas, en las que existen 400 reservorios donde abundan peces como la trucha; los valles ubicados en las lagunas de La Angostura, Vacas y Corani, en los que existen el plantincho, pejerrey y las carpas; y el trópico donde se destacan especies como el surubí, pacú, sábalos, bacalao y muturo, entre otros.
Según datos del Sedag, a la fecha existen alrededor de 500 pescadores legales y 200 comerciantes que se dedican a la venta de peces en el departamento.
La zona de mayor producción pesquera se encuentra en el trópico donde, además, se practica la pesca ilegal en el municipio de Puerto Villarroel. Hay puertos familiares clandestinos, por lo que el 70 por ciento del pescado se va de contrabando a Santa Cruz, porque el precio es mayor.
La pesca indiscriminada impide el desarrollo del pez y de las ovas (huevos) que éste pueda tener, en función a su tamaño.
Esto evita la reproducción natural y, por ende, disminuye la cantidad de peces para el comercio.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en el 2009, determinó que la producción pesquera anual en Bolivia fue de 6.578 toneladas al año, siendo que la cuenca amazónica representa el 52 por ciento.
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