Las estancias o granjas lecheras en esta época moderna han sufrido cambios importantes en infraestructura, en técnicas para el manejo de animales, la incorporación genética, el control de enfermedades, pero lo que no cambió con el paso de los años es el uso del cuero en la producción de monturas, lazos, riendas, chicotes y otros utensilios para el trabajo en el campo.
Aunque la materia prima para el trabajo artesanal de monturas escasea, hay regiones en Beni y Tarija donde todavía realizan el curtido de cuero con sumaqui, que le otorga la resistencia y durabilidad al producto terminado.
La durabilidad de una montura, rienda o de un chicote de cuero depende del proceso de selección y tratamiento adecuado que se le haga al cuero, dijo Hernán Roca Moreno, uno de los tradicionales talabarteros cruceños que se dedica a la producción de ensillados.
Tiene su taller ubicado en el mercado San Luis y recuerda que el oficio lo aprendió de su padre Feliciano Roca y de su abuelo Seberiano. Esa herencia de trabajo, con toda la enseñanza, la conserva hasta ahora. “Recuerdo que cuando vivía mi abuelo y mi padre trabajaba con él, la demanda de nuestros productos era muy grande. En el taller, que estaba en el centro, trabajabamos más de 30 personas. Nuestros productos eran muy cotizados”, comentó.
Don Hernán es el propietario de la talabartería Jorgito y todo lo que produce está dirigido a tradicionales clientes. Hay casas comercializadoras que le hacen algunos pedidos, pero el resto va a personas que por año compran y valoran su trabajo.
En la talabartería Jorgito se producen monturas de todo tipo, vale decir desde las más sencillas hasta diseños lujosos. Mucho se trabaja a pedido. Un apero sencillo se vende en Bs 400 y los cola de pato en Bs 500. A este valor hay que sumarle los accesorios, vale decir: estribos, carona de suela, chusi, cincha, rienda, cabezada con freno, sobreasiento, pelero, jáquima y otros.
La oferta es permanente
En la ciudad existen varias tradicionales tiendas que se dedican a la comercialización de estos productos. Por ejemplo, El Corcel Negro, con tres tiendas, hace más de 25 años se dedica a la venta de monturas y otros complementos para el trabajo en estancias y lecherías.
Rubén José Villa, uno de los hijos del dueño, comentó que las monturas y sus accesorios se venden con mayor fuerza en la época de lluvia y también cuando comienzan las cosechas en el campo. “Parece que los ganaderos y agricultores luego de vender sus productos refuerzan su equipamiento y vienen a comprarnos”, dijo. Aclaró que ellos no son productores talabarteros, pero tienen proveedores que durante todo el año trabajan para la tienda.
Es un sector que creció bastante en Santa Cruz y destaca la destreza y calidad que han logrado en este rubro. Además de monturas y accesorios de cuero, también trabajan con la soga perlón en la producción de riendas, jáquimas y cinchas. “Sabemos que el cuero es el producto estrella, pero con el tiempo hay otros materiales de alta durabilidad y se complementan
Para tomar en cuenta
Montura: La montura o silla de montar se compone de distintas partes, en algunos países los nombres varían pero la función es la misma. Se construye sobre un armazón de madera, pero también se usa el hierro. El tamaño del armazón determina el ajuste de la silla sobre el dorso del caballo.
Estribos: Es el artículo principal de una montura. Son piezas, generalmene con base metálica, forradas con cuero y de formas diversas que permiten que el jinete de un caballo introduzca los pies en ellas para afianzarse mientras cabalga.
Tipos de monturas: Existe una gran cantidad de monturas, cada una está relacionada con la monta que se va hacer, vale decir, la doma de caballo utiliza una, los arreadores de ganado otra, para el paseo es diferente y así hay para las diversas actividades.
Regionales: La región le pone su elemento diferenciador, sin embargo todas tienen características comunes, acordes al uso y a las condiciones de trabajo. Lo que se busca es que sean cómodas para el jinete como para el caballo.
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