El Gobierno y la Federación de Ganaderos de Beni (Fegabeni) acordaron que crecerán de 500 a 2.000 las hectáreas que podrán ser chaqueadas o quemadas de forma controlada, hasta el 15 de agosto, con el fin de reponer las áreas productivas.
Se acordó "cambiar la norma de quema, cuya autorización era de 500 hectáreas; ahora vamos a ampliarlas prácticamente a 2.000 hectáreas o más, pero con una quema controlada hasta el 15 de agosto. Después de esa fecha no se va a poder quemar”, informó el representante de Fegabeni, Mario Hurtado, a la red ERBOL.
Éste es uno de los tres puntos que acordaron los ganaderos con el presidente Evo Morales el lunes pasado.
Además, el representante de los ganaderos aseguró que se suspendieron las multas por quema. "Cuando nos sentamos con el Presidente, dos días después comenzaron a salir multas. Eso se paralizó”, agregó.
Esta medida se asumió luego de que los ganaderos reportaran pérdidas cuantificadas, hasta el martes, de 220 millones de dólares por la muerte de unas 290 mil cabezas de ganado.
"Estimamos que cuando acabe la inundación -de aquí a 40 o 45 días- se registre una pérdida de 300 millones de dólares y 500 mil cabezas de ganado”, precisó.
En la reunión con Morales, el sector también consiguió la autorización de desmontes para trasladar el ganado hasta en un 10% de sus predios -antes no estaba permitido- y una pausa de dos a cuatro años para verificar la Función Económica y Social (FES) en todas las zonas afectadas de Beni.
Fideicomisos
Hurtado complementó que el Gobierno garantizó un fideicomiso de 30 millones de dólares para importar vaquillas y llevar adelante el proyecto de repoblación de ganado.
Sin embargo, Fegabeni pide que el fideicomiso suba a 100 millones de dólares.
"Se pidieron otros 70 millones de dólares más. Debíamos sentarnos con la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) para ver el sistema de financiamiento. Nosotros estamos esperando que todos estos puntos se hagan realidad”, agregó el directivo Hurtado.
Los ganaderos prevén una reunión nuevamente con las autoridades del Gobierno con el fin de delinear tareas de reconstrucción de las unidades productivas o estancias.
"El 80% de la gente fue afectado con el destrozo de sus alambrados, terraplenes, corrales, casas, pasturas y otros”, dijo.
También se acordó que el Gobierno construirá un frigorífico, una planta procesadora de leche, un ingenio azucarero y silos para tecnificar el pasto en todas las provincias de ese departamento.
"Ese acuerdo lo firmamos el lunes (hace 11 días) y en el gabinete ministerial del miércoles se debía aprobar un decreto supremo para la seguridad jurídica; en días posteriores se analizarán los otros temas”, agregó el representante de los ganaderos benianos.
Con estas medidas, el sector espera recuperarse de las pérdidas que ocasionó la crecida de los ríos e inundaciones de la época de lluvias.
Punto de vista
Sergio almaraz
Exviceministro de Tierras
"No se halla una explicación”
Habría que conocer la justificación y los argumentos técnicos, tanto de los ganaderos como del Gobierno, que justifiquen ese planteamiento.
A primera vista no se halla una explicación convincente para justificar (la quema de 2.000 hectáreas). El resguardo de las vacas, por sí sólo, no creo que lo justifique.
Incluso ese otro acuerdo, de permitir el desmonte de hasta un 10% de la superficie, tampoco encuentro que sea justificado. Supongo que será de la superficie de cada predio. Si se trata de proteger al ganado importa que la superficie sea alta.
Lo que se ve claramente es la necesidad de tener zonas altas para el salvamento del ganado. Que se precise ampliar la superficie de desbosque y de los desmontes en proporciones tan grandes no parece justificable.
En todo caso, para la permanencia del ganado en Beni ya hay grandes superficies desboscadas y parece dudoso que fueran necesarias otras adicionales, como lo que consiguieron.
El ganado no necesita grandes superficies para una permanencia transitoria, como la que deben tener a raíz de las inundaciones. Tomemos en cuenta que, una vez que bajen las aguas, la tierra inundada no se destruye.
La tierra no pierde su productividad ni su valor económico; por el contrario, hay quienes con conocimiento de causa afirman que -en ciertos sentidos- la tierra se fortalece e incrementa su capacidad productiva después de la inundación.
No es posible que los ganaderos necesiten nuevas tierras para labores agropecuarias.
En todo caso, si ésa es la afirmación, sería necesario que la opinión pública conozca, y no sólo las autoridades, los argumentos técnicos en uno y otro sentidos.
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