La migración es la única alternativa para quienes vivían cerca del lago Poopó, que hoy está desaparecido, efecto de una serie de factores, como el cambio climático y sobre todo la contaminación y el uso indiscriminado de las aguas que lo alimentaban desde el río Desaguadero.
"No hay con qué subsistir, no hay alimentos y para realizar otra actividad tampoco contamos con los recursos, los compañeros están migrando para ver si pueden trabajar como albañiles y muchos se han ido hacia los sembradíos de quinua para trabajar ayudando en la cosecha", manifestó con mucho pesar don Valerio Rojas, comunario que fue el primero en dar la alerta sobre la realidad del lago Poopó y su desaparición.
Quienes vivían del lago Poopó, que hoy se redujo a una pequeña laguna, continúan su sufrimiento, pues luego de seis meses de las promesas y compromisos del Estado, ya no recibieron ninguna ayuda.
"Después de casi medio año, desde diciembre de 2015 cuando nos hemos movilizado, hemos pedido una ayuda humanitaria a la Gobernación, nos han atendido pero desde entonces se han olvidado de nosotros; esa fecha casi 500 familias hemos recibido una ayuda humanitaria, tal vez reducida de Defensa Civil, pero luego ya nadie dijo nada, ni nuestros dirigentes ni las autoridades", afirmó Rojas.
Pese a que muchos han migrado, los que aún permanecen en los poblados, como Untavi, no quieren que su comunidad quede como "fantasma", por ello es que piden que las autoridades se acuerden de ellos.
"Los que estamos en la comunidad tampoco podemos callarnos, queremos que la Gobernación cumpla con sus compromisos, y se acuerde de nosotros, nos han propuesto darnos una ayuda alimentaria con Defensa Civil, cada dos meses, por lo menos quisiéramos que se cumpliese, y también propusimos y estaba de acuerdo el gobernador (Víctor Hugo Vásquez) de realizar un censo de quienes realmente estamos afectados con este fenómeno del cambio climático y la desaparición del Poopó", expresó el dirigente.
Son varias las comunidades pesqueras afectadas, tanto del sector de los urus, Llapallapani, Vila Ñeque, Tinta María, Poopó, El Choro, Toledo en el sector de Untavi.
"Se han ido al sector Sur, por el Salar de Uyuni, pero no queremos que nuestra comunidad se quede como fantasma, pero un 50 por ciento de los comunarios ya se han ido", dijo.
Sin embargo, y pese a todo, también hay niños, en los que se ve el futuro de estos poblados; son algo más de 20 y asisten a la escuela, pero todos, incluso los que no tienen hijos en edad escolar, deben ayudarlos con su material escolar.
El lago Poopó era un humedal declarado sitio Ramsar, albergaba gran cantidad y diversidad de aves y peces, tenía una superficie de entre 3.000 y 4.600 kilómetros cuadrados, era considerado el segundo más grande de Bolivia, luego del Titicaca.
Las autoridades afirmaron que la desaparición del lago Poopó, que lo hizo también más antes, se debió al cambio climático vivido en todo el mundo pero también a la contaminación minera y la sedimentación que no permitió que el lago tenga una profundidad de más de cinco metros.
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