jueves, 11 de abril de 2013

Llamas son favorables para el ecosistema agrícola

Las llamas son animales que ayudan en el cuidado de jardines y pastos, siendo altamente favorables para el ecosistema agrícola en cualquier país, según expertos.

Oscar Gonzalo Marín, experto en la crianza de este animal, explicó que su aporte a la ecología agrícola es muy importante, debido a sus hábitos digestivos y a su conformación física. "El aprovechamiento del guano, de muy buena calidad en fruticultura iguala a los beneficios del estiércol de cabra, con la diferencia de que las llamas no contaminan el prado", explicó.

Estos animales se alimentan de pasto, maleza y hierba en general, de los cuales hacen una reconversión más eficiente que otros animales lanígeros, y cuidan el césped a través de su selectividad del material herbáceo. Asimismo, el suelo no sufre alteraciones negativas, debido a que poseen un cojinete plantar que evita su compactación o endurecimiento por efecto de sus pisadas.

"Por todas estas razones, la especie es altamente beneficiosa para el ecosistema agrícola. Por fortuna, en la actualidad se está comprendiendo el valor de estos animales, como reserva genética", explicó.



LANA

La esquila de la llama se efectúa en octubre y no difiere mayormente del sistema aplicado a la oveja. Por lo general, la realizan los mismos trabajadores especializados que se contratan una vez al año para los ovinos. Ellos conocen también las labores de limpieza y selección de la lana. En la llama, además de otros patrones de clasificación, tiene alrededor de 22 tonalidades distintas en un solo ejemplar.

Con relación a la lana de alpaca, cuya fibra se presta para la elaboración de tejidos finos de prendas de vestir, la fibra de la llama tiene un mayor porcentaje de pelo. Su textura y firmeza la convierten en un excelente material para la confección de alfombras, chompas y otros. Se cree que su aprovechamiento será bastante más variado y ventajoso cuando se estudie más ampliamente su explotación como recurso textil.



CUIDADO

Las llamas se crían bien en cualquier clima y no requieren de cuidados mayores que los habituales para cualquier animal doméstico. Vale decir, basta con los controles mínimos, vacunas y desparasitaciones comunes a las especies mayores en general, que un veterinario prescribe.

Se reproducen sin dificultades y sus crías nacen prácticamente desarrolladas y en buenas condiciones para sobrevivir. Sólo se debe tener el cuidado de quitar a los recién nacidos una telilla que los envuelve, para evitarles la asfixia.

La llama no es agresiva, pero sí muy curiosa. Constituye un atractivo especial, que capta la atención de la gente tanto como a ella le impresionan los humanos. Se acerca sin temor a las visitas desconocidas, para observarlas, y conquista rápidamente con su mansedumbre.

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