A un costado de la granja, un centenar de huevos del tamaño de un balón de fútbol en una incubadora. Unos pasos más allá, una veintena de pichones que acaban de eclosionar, algo más grandes que una gallina. Más hacia el fondo, una media docena de corrales cerrados con cercas de alambres, centenares de aves gigantes baten plumaje y levantan orgullosas el cuello entre los árboles, mirando con curiosidad a la cámara del periodista y hasta dando picotazos en el lente…
En la granja Peniel, a 45 kilómetros de Santa Cruz, carretera a Camiri, unos 1.130 avestruces son la expresión de una inversión de 200 mil dólares en un negocio que incursionó en Bolivia hace aproximadamente 10 años y que lentamente va creciendo en el país por las ganancias que el emprendimiento promete.
Además, son cerca de 25 inversionistas, y tal vez 30 hasta fin de año, que aceptaron el desafío de invertir en estas aves de la especie African Black en diversos puntos del país y que ahora se van organizando en la Asociación de Avestruces de Bolivia (Asoavestruz), que tramita su personería jurídica y que podría estar formalmente reconocida en febrero del siguiente año.
“Esta asociación nos va a permitir no sólo ganar en fortaleza, sino también buscar mercados, acomodar nuestros productos, capacitarnos y hasta plantear demandas y proyectos conjuntos”, explica Enrique Galindo, presidente de la futura asociación y uno de los tres socios de la granja Peniel, junto con las firmas Inge y Avisur.
Según el mismo Galindo, los 25 socios de Asoavestruz, llegan a tener en conjunto, cerca de 1.500 aves, de las cuales 1.130 pertenecen aún a la granja Peniel. Los demás, son pequeños propietarios que están comenzando con sus primeros tríos (un trío lo conforman un macho y dos hembras). Los productores, que trabajan de manera independiente de Asoavestruz probablemente poseen otras 1.500 aves, según calcula el mismo Galindo, y en total, el movimiento económico de la asociación de avestruces en Bolivia oscila entre 380 mil y 400 mil dólares.
La granja Peniel, en cambio, comenzó hace ocho años, importando sus primeras corredoras desde Sudáfrica a un precio de 12.000 dólares, cada uno. Más tarde, se adquirirían nuevos ejemplares de Reino Unido a 10 mil y de Estados Unidos a 8.000.
Actualmente, la granja ofrece en Bolivia a 5.000 dólares el trío, es decir un macho y dos hembras, reproductores de cuatro años cada uno. Hay que considerar que, en los avestruces, el macho es sexualmente activo, por lo que la recomendación es darle dos hembras.
Cada una de éstas puede poner mínimamente unos 40 huevos por año, de donde se lograrían anualmente 80 nuevos polluelos. Los avestruces están listos para el sacrificio después de un año, pero si se quiere contar con nuevos ejemplares para procreación, hay que esperar cuatro años, pero si no, en unos 14 meses se puede pensar en sacrificar al animal y sacar unos 50 kilos de carne roja, que es parecida a la de res, pero sin grasa. Actualmente, el kilo de carne de avestruz está a 80 bolivianos.
No se cubre el mercado
¿Por qué aún no se lo encuentra o tiendas o supermercados? “Porque aún no hay capacidad de responder a la demanda. A pesar de todo aún son pocas las aves. No abasteceríamos el mercado. Todavía se vende su carne como plato exótico. Mi sueño es que haya más granjas, con más aves, bajar el costo a 60 bolivianos y competir con la carne de res”, explica Galindo, quien considera que entre las proyecciones a futuro está la exportación a mercados potenciales como Perú, Brasil, Paraguay y los países asiáticos.
Por eso, lo importante por ahora es masificar la crianza de avestruces y para eso hace falta más espacios y más inversores.
De hecho, aún hay tan pocos reproductores que este año ni siquiera se podrá pasar de 30 nuevos productores.
Actualmente la asociación cuenta con 25 granjas repartidas en el país en Santa Cruz (Warnes, Montero y Cotoca), Cochabamba (Arani, Chapare, Punata y Pucara), Tarija (Tarija, Yacuiba, Villamontes y Caraparí) y hasta en La Paz (Coroico y El Alto).
El African Black es un animal tan resistente que hasta se lo cría en El Alto, a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Eso sí, no llega a reproducirse a esta altura, advierte Galindo. Por lo demás, los resultados han sido buenos en otras poblaciones del país, en el valle y los llanos. Por ello, otro proyecto de la asociación es instalar dos centros de faeneo en Cochabamba y el Chaco.
El nuevo mercado llama. Es una invitación abierta.
Banco genético
• Una de las fortalezas tecnológicas instaladas en la granja Peniel y que puede ser de utilidad para los socios de Asoavestruz es el banco genético y sistema de incubadoras de huevos.
• El banco tiene equipos de hasta 20 mil dólares y con capacidad para incubar más de 500 huevos a la vez.
• La propuesta es que cada asociado utilice las incubadoras con un acuerdo de dejar un huevo por cada tres incubados.
CARNE Y ACEITE SON MUY APRECIADOS POR SUS PROPIEDADES DE SALUD
Todo se vende: carne, plumas, cuero, aceite y hasta pestañas
“No sé (…) tengo tres proyectos, y no sé por cuál decidirme”, cuenta Freddy Amajaya, cruceño con 10 hectáreas en Portachuelo y quien baraja su inversión entre codornices, pollos o avestruces. Por eso llegó hasta la granja Peniel, para ver la situación y tomar alguna decisión. “Todo parece bien”, explica tras la visita a tiempo de elogiar la facilidad de cuidar avestruces, la inversión y las ganancias que lograría con los productos. “Lo único que me hace dudar es el mercado”, analiza.
Del otro lado, Willy Fernández, llega desde Cochabamba en compañía de su sobrino y de un cuñado de este último, picado por la curiosidad de conocer los avestruces y, quizás, llevarse algunas aves para su granja en Arani. “Quiero probar. De todos modos, creo que no voy a perder”, manifiesta argumentando su esperanza de lograr la procreación de aves.
Enrique Galindo explica las ventajas. Cada trío cuesta 5.000 dólares. Él recomienda empezar con dos tríos. Para ello, hacen falta unos mil metros cuadrados por trío, y otros mil para corrales y equipamiento y considerar unos 200 dólares de inversión por ave al año, pues, por día, consumen dos kilos de cereales (afrecho, sorgo, maíz, cascarilla, girasol y otros), igual que una vaca.
Cada hembra pone al año unos 40 huevos, por lo que se podrían lograr 80 nuevas aves anuales, que estarían listas para el sacrificio en 14 meses o esperar cuatro si se las quiere para reproducción.
Si se sacrifica al ave, se tienen al menos 50 kilos de carne, a un precio de 80 bolivianos por kilo.
El avestruz provee, además, cuero con un diámetro de entre 1,20 y 1,50 metros. Esta piel cruda se vende entre 200 y 300 dólares. Procesada, el precio sube a 750 dólares en mercados de Perú, Estados Unidos o Europa. “Mi proyecto es procesar acá mismo en una marroquinería y exportar carteras, bolsas, billeteras, cinturones de cuero de avestruz”, explica Galindo.
Además, las patas se venden a 100 dólares el par. Se las utiliza para hacer botas.
El avestruz también produce cuatro litros de aceite, que, a diferencia de otros animales, no se vuelve manteca al enfriarse.
Es considerado ideal en medicina terapéutica contra el reumatismo, la artritis y dolores musculares. También es regenerador de células de la piel. El litro se vende hasta en 200 dólares en spas y farmacias. “Pongamos que no lo vendan en 200, sino en 100 o en 70. Por los cuatro litros logramos al menos 300 dólares”, explica Galindo.
El avestruz también provee plumas. Se le pueden sacar dos cosechas por año. Cada pluma cuesta entre 80 y 120 bolivianos que se vende para trajes de fantasía a fraternidades. Con 30 plumas, se consiguen 2.400 bolivianos.
“Hasta aquí ya tenemos 1.400 dólares ganados con un ave de un año”, explica Galindo, quien añade que hasta las pestañas del avestruz pueden tener un uso: en brochas y pinceles.
Finalmente, están los huevos no eclosionados, utilizados como adornos, cofres y otros elementos exóticos. Una obra bien trabajada puede costar 50 dólares.
En cuanto a los mercados, que es justamente lo que preocupa a los potenciales inversores, Galindo responde que el mercado esta asegurado puesto que no hay competencia hasta ahora. Además, para ello, es que se busca conformar la asociación, para que ésta pueda no sólo buscar contactos, sino también garantizar la compra. "Si alguien no puede llegar a vender algo, la asociación puede comprar el producto", explica.
Charlas
• Asoavestruz realizó hace dos semanas un seminario de explicación del cuidado y producción de estas aves.
• Para este sábado próximo se prevé un nuevo encuentro, en ambientes de la Unitepc.
• Los interesados pueden contactarse con los números 4439394 y 75150326.
• El próximo encuentro está previsto en Tarija el 12 de diciembre.
me gustaria tener mas informacion sobre este articulo y la crianza de avestruces..
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