En la genética está el secreto cuando de comprar bovinos comerciales se trata en los centros de remates. Un animal de ‘buen tipo o buena clase’ garantiza la recuperación de inversión.
En este número, expertos y criadores de bovinos cebuinos asociados a la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Cebu) enseñan a reconocer rasgos importantes que se deben considerar para seleccionar ganado en los remates.
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Genética, primer factor que se debe considerar
Lo primero que el comprador de ganado comercial debe reconocer es la genética y las características que definen su tipo racial. Cuando se adquiere ganado que tiene mejoramiento genético se asegura la inversión. No se debe perder de vista que el fin es comercial y el animal está destinado, en este caso, a la producción de carne. Comprar animales que no tienen definido su grado racial no ofrece certeza de recuperación de capital, peor de generación de utilidades.
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El aplomo de la estructura muscular es fundamental
Después de la genética se debe echar un vistazo a la estructura corporal y muscular del animal, con mayor recelo, en la parte del lomo, el anca y el tren posterior. En estos puntos la masa muscular debe ser más abundante y más desarrollada -en el lenguaje ganadero esta zona se conoce como pistola- para resistir el lomo, el cuadril, la punta de S y el bollo chico y grande que son los cortes más apetecidos y que alcanzan mayor valor comercial en el mercado.
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La conformación ósea influye en la productividad
El animal tiene que tener una estructura corporal ideal para producir carne. La costilla y caja torácica debe ser amplia porque en este punto se aloja el corazón, el pulmón y parte del aparato digestivo y si el funcionamiento de los órganos del sistema circulatorio y digestivo es eficaz, la producción de carne será mejor. La estructura ósea (esqueleto) es clave porque sustenta el peso en la etapa final de desarrollo de carne en el animal. Si tiene un problema de aplomo y se le carga estrés, no gana peso y eso repercutirá en la inversión.
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Debe haber equilibrio y armonía en la carcasa
El animal debe ser compartido, es decir, tener armonía entre el largo corporal, la caja torácica y el alto. Está comprobado que ejemplares con mayor equilibrio en alto y largo corporal y capacidad torácica son los que alcanzan mayor desempeño de producción de carne.
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Antes del negocio se debe certificar la procendencia y sanidad de los animales
Reconocidos los aspectos visuales de los animales, el comprador debe certificar la procedencia del ganado para identificar el linaje y la sanidad que es otro factor muy apreciado y que define el valor comercial.
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¡Ojo! en las diferencias entre ternero y novillo
Hay productores primarios que venden terneros a destete, esta categoría corresponde a animales entre ocho y 12 meses. Los novillos, son demandados para recría, que van desde los 12 meses hasta que alcanzan un peso de 300 a 350 kilogramos. Si el animal a destete es de buena calidad genética, con un tipo racial definido y buena composición corporal carnicera acortará a futuro el proceso de ganancia de peso.
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El peso ‘juega’ un factor relevante en la venta
El peso ideal para la venta de un novillo va de 400 a 450 kilos; ese peso es el ideal de un animal precoz y que ya está en óptimas condiciones para ser vendido. La gente busca animales con esas características porque se trata generalmente de un animal muy joven que, consecuentemente, tiene una carne tierna, sabrosa y de muy buena calidad
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