Esta enfermedad conocida por los ganaderos con los nombres de “renguera”, “mal de caderas”, “secadera” o “mal de perro” es un mal altamente frecuente en el ganado vacuno de ciertas regiones del país, en especial del clima templado y caliente, pero con más afectación en aquellos que se encuentran en zonas pantanosas, esta es ocasionada por un parásito de la sangre. La llamada tripanosomiasis, causada por el Trypanosoma evansi (“surra”), afecta principalmente a los búfalos, ganado vacuno, camellos y caballos, aunque también hay otros animales susceptibles. El efecto depende considerablemente del estado de nutrición en que se encuentre. La misma puede clasificarse como de curso crónico generalmente asintomático. El Laboratorio de Investigación y Diagnóstico Veterinario LIDIVET, que tiene como objetivo principal el diagnóstico e investigación de las enfermedades que afectan a la ganadería y a la salud humana, basándose en pruebas relizadas, concluyó que la región pantanosa de San Matías y de la provincia Guarayos son las más propensas a tener animales que presenten esta enfermedad, además que ahí ya se han registrado casos.
Transmisión
El Tripanosoma o agente causal de la “renguera” es transmitido del animal enfermo al sano por la picadura de los tábanos, y murciélagos. Esta afección se presenta al finalizar el invierno y en los comienzos del verano, épocas propicias para la multiplicación de toda clase de insectos chupadores. Entre los vectores mecánicos que existen en Bolivia se han encontrado más de treinta y cinco especies de tábanos en Santa Cruz y en la provincia Guarayos aproximadamente veintitrés, siendo el más numeroso el tabanus occidental. El periodo de incubación es entre cinco y treinta días. La infección por trypanosoma presenta, además, un curso crónico durante el cual el número de parásitos en la sangre varía notablemente, originando oleajes parasitarios periódicos en cuyos intervalos de intensidad muy baja o casi nula, la mayoría de las técnicas directas de diagnóstico no permiten la detección de los agentes infectantes. Los métodos parasitológicos presentan, así, ventajas y desventajas, dependiendo de la fase infecciosa y de la especie de Trypanosoma.
Síntomas
Las manifestaciones principales son fiebre de cuarenta y un grados, dificultad para el movimiento del tren posterior (patas y caderas), aparición de edemas o hinchazones frías en el abdomen cerca al prepucio o testículos y extremidades, a veces ceguera o lagrimeo intenso, enflaquecimiento progresivo y decaimiento general como consecuencia de la pérdida de apetito y de la anemia (mucosas pálidas). Ocasionalmente este parasito coexiste con las ranillas descritas anteriormente. El curso de la enfermedad puede ser agudo o crónico, presentando una duración aproximada de dos semanas o tres meses y en casos excepcionales hasta seis meses. Muy raros son los enfermos que pueden sobrevivir, en cuyo caso quedan generalmente inaptos para trabajar.
Tratamiento
El procedimiento para sanar este mal se debe realizar específicamente a base de antibióticos. A pesar de que no existe una vacuna que prevenga la enfermedad se han creado fórmulas que curan y eliminan el parásito ubicado en la sangre del animal. Este tratamiento consiste en la aplicación de tripanocidas y medicación sintomática para la recuperación. Los medicamentos aconsejados que se utilizan están basados en aceturato de diminaceno, bromuro de hominio, isometamidio, protidio y sulfato de quinapiramina, los cuales pueden ser encontrados en el mercado con diferentes nombres comerciales.
Prevención
En la práctica, un consumo normal promedio de 50 gramos de sal con minerales por día, por animal adulto, es suficiente para prevenir enfermedades tan graves y frecuentes como la osteomalacia, la afosforosis (andalucía, palanqueo, mal de paleta), la hematuria o cistitis hemorrágica, el retardo en la aparición de los calores, el raquitismo, algunas causas de aborto, la merma en la producción de leche, frigidez o impotencia en los reproductores y otras afecciones sanguíneas que afectan los rendimientos de la ganadería. Por su parte, el veterinario zootecnista Hugo Ribera Cuéllar, responsable del departamento de Hematología del Lidivet, asegura que la mejor manera de prevenir este tipo de padecimientos es el aseo de los animales y entre los utensilios que se usa a diario, ya que un animal puede estar contagiado y su utensillo puede quedar infectado y contagiar a los demás. De igual manera es conveniente que el ganado recién llegado al predio no se ubique junto al ganado existente, puntualizando que siempre es bueno poner en cuarentena a los animales nuevos para descartar cualquer tipo de enfermedad o virus que podría portar y que se debe eliminar el tráfico de ganado, ya que estos al ser trasladados de forma ilegal no cuentan con ningún tipo de verificación sanitaria. Por otra parte la veterinaria zootecnista Edda Bustillos, quien trabaja junto a la Federación de Ganaderos de San Matías, manifiesta que ha existido algunos brotes de esta enfermedad en la zona pantanosa, más propiamente en cercanías a la frontera con Brasil. Los brotes existentes se deben al tráfico ilegal de ganado que por falta de inspección sanitaria contagian a los demás animales. Para esto, aconseja que las autoridades deberían tener más control respecto a este tema y que lo más recomendable para los productores es una buena sanidad entre sus animales.
"Los productores tienen que desinfectar los utensillos para evitar contagios, también se debe eliminar el contrabando de ganado, ya que este no cuenta con la inspección sanitaria que se necesita ".
Vet. Zoot. Hugo Ribera Cuéllar
Resp. Hematología Lidivet
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