Los campesinos de Turco no sólo se dedican a la ganadería, hace cuatro años que se convirtieron en microempresarios y crearon la Asociación de Productores Agroganaderos de Turco (APAT). También instalaron una planta de embutidos en esa población orureña.
Hace ocho años, la organización no gubernamental PCI (Impacto Positivo en la Comunidad) ejecuta el proyecto de desarrollo agropecuario “Manejo Integral y Sostenible de Llamas - Mis Llamas”, en los departamentos de Oruro, Potosí, Cochabamba y La Paz, fundamentalmente en tres procesos: carne, cuero y fibra de este animal andino, según informó el coordinador nacional de esta institución, Javier Delgado.
El funcionario destacó que éste es uno de los proyectos más exitosos, porque rescata el enorme potencial de los camélidos, utilizando un enfoque integral de la cadena productiva de valor en llamas, desde el manejo ganadero hasta la comercialización de productos transformados.
El PCI trabajó en 473 comunidades de 33 municipios de los cuatro departamentos beneficiando en la producción primaria a 5.127 familias con infraestructura productiva, capacitación y sanidad animal. Otras 11.769 parentelas recibieron capacitación en manejo ganadero y 93 familias fueron capacitadas como peritos veterinarios.
En el tema de transformación, 580 parentelas recibieron infraestructura, equipos, insumos, capacitación y asistencia técnica en producción y comercialización.
Unas 14 familias fueron capacitadas como peritas de transformación, haciendo un total de 17.583 unidades familiares beneficiadas a lo largo de la cadena productiva.
El proyecto cuenta con 37 comités productivos, de ellos 21 son de fibra o lana de llama, ocho de elaboración de prendas de cuero y ocho de carne.
Delgado también dijo que los gobiernos municipales pusieron la contraparte en la construcción de corrales de maternidad para llamas y sistemas de microrriego, entre otros trabajos. EMBUTIDOS. Uno de los proyectos que tiende a crecer cada vez más es la producción de embutidos de carne de llama. Junto al PCI, La Razón visitó la planta de procesamiento de estos productos en la población de Turco, segunda sección de la provincia Sajama, ubicada a 154 kilómetros al oeste de Oruro y declarada oficialmente como la Capital de los Camélidos de Bolivia.
Según estudios de este municipio, el 65% de la población total mundial de llamas se encuentra en Bolivia y el departamento de Oruro es el más privilegiado con el 50% del total de estos camélidos que existen en el territorio boliviano.
Este potencial no puede ser descuidado, es por ello que 11 socios se reunieron hace cuatro años y crearon la microempresa de embutidos de la Asociación.
El presidente de esta organización, Teófilo López Guarachi, manifestó que el inicio fue muy difícil, porque los primeros años de capacitación fueron duros, debido a que no veían resultados, lo que provocó el abandono de mucha gente. Tampoco tuvieron buenas ventas por desconocimiento de los consumidores.
“Ahora estamos bien, porque ya tenemos muchos pedidos de varios lugares del país”, comentó con satisfacción López.
El expresidente de la organización Magno Acevedo dijo que ahora reciben pedidos de hoteles de cinco estrellas, envían sus productos a Cochabamba, Santa Cruz, Potosí, La Paz y Oruro que es su principal mercado por la cercanía. En la ciudad de La Paz se pueden consumir productos Mis Llamas en el mercado Rodriguez.
Se encuentra en trámite la adquisición de la barra de fecha de vencimiento que se exige por salud para que pronto esté en los supermercados de todo el país.
Además, destacan el sabor, gusto y la ausencia de colesterol. Estos embutidos están libres de la sarcocistiosis, una enfermedad parasitaria propia de esta especie pero que no afecta a los humanos.
La marca registrada es Mis Llamas y tienen registro sanitario del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria. Cuenta con el único matadero de camélidos de cuarto nivel para el faeneo. Así, el buen sabor y el cuidado de la salud están garantizados.
El cuadro nutricional
La carne de llama tiene 24,82% de proteínas y 3,69% de grasa; la de vaca sólo tiene 21,01% de proteínas y 9,85% de grasa. La de conejo posee 20,50% y 7,80% de grasa. El cerdo está con 19,37% y 29,06%. La de oveja 18,91% proteínas y 22,50% grasa.
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