Con un trote ágil y elegante, una nueva generación de ‘superterneros’ de la raza nelore de gran linaje genético, desarrollados y concebidos mediante la técnica de Fertilización In Vitro (FIV), se pasean por los potreros de la cabaña cruceña Rancho La Caldera.
Al igual que estos selectos animales, en los últimos tres años han nacido entre 7.000 y 8.000 nuevos ejemplares por año en las 125 cabañas afiliadas a la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Asocebú) especializadas en el desarrollo y transferencia de genética a través de las técnicas FIV o Transferencia de Embriones (TE).
En menos de dos años se convierten en poderosos sementales listos para la monta y para romper los estándares de producción de los toros criollos.
El salto cualitativo en el índice de precocidad es notorio. Hace una década, en Bolivia era impensable que un ganadero metiera a faenar un bovino menor a cinco años. Hace un quinquenio en no menos de tres años. Actualmente, con un peso promedio de 400 kilos, un novillo es sacrificado a los dos años e incluso a los 20 meses.
Con este resultado, a decir del sector, el consumidor final se beneficia con una oferta mejorada de carne más tierna, con mejor sabor, más jugosa y con más proteínas.
Si es vaca nacida de un toro registrado, tiene dos características: se empreñan a más temprana edad y producen más leche.
Pero el tema de fondo para Asocebú y para la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol) es que los 8.000 bovinos de élite que se venden a las estancias cada año apenas representan el 5% de la penetración en el hato ganadero bovino nacional, que es de unas 7,2 millones de cabezas.
Es decir, el avance del mejoramiento genético bovino en las estancias ganaderas es lento porque el 95% de la producción pecuaria está basada en la monta natural con toros criollos. El cálculo es que el sector ganadero del país precisa de más de 30.000 toros registrados de alta genética por año.
Este resultado es producto de tres obstáculos de fondo:
El primero es la batalla que tiene que librarse para cambiar la concepción tradicional que tiene el ganadero sobre el valor de la genética. Ellos, como aprendieron de sus padres y abuelos, eligen a los novillos criollos ‘más bonitos’ y grandes para que sean sus toros reproductores.
El segundo es la resistencia a pagar por un semental de alta genética que cuesta $us 1.500, frente a un criollo de $us 700.
Otro obstáculo es el hecho de que tampoco se invierte en la tecnificación para el manejo empresarial del ganado -que se consigue con la compra de una balanza en $us 2.500-, para controlar la evolución del peso de los terneros y así ver qué es lo que producen sus sementales criollos y comparar con los que nacen en otras estancias.
El estándar productivo de un toro de élite es de 12 y 15 terneros por año y su capacidad de reproducción es de un quinquenio. En su vida útil empreña entre 60 y 75 veces.
La demanda anual se ha mantenido en el rango de 7.000 y 8.000 toros de élite y es por eso, según Asocebu, que los empresarios cabañeros se ven imposibilitados de producir más ejemplares.
El impacto en la compra de los toros registrados ha tenido mayor repercusión en Beni, habida cuenta de que el 60% de los ganaderos lo hace y en Santa Cruz oscila entre un 30% y un 35%.
La labor de los laboratorios de desarrollo ha sido gravitante en el progreso de la transferencia de alta genética. Uno de ellos en Santa Cruz es Embriza Bolivia, que nació producto de una alianza con Embriza Brasil.
Los resultados son elocuentes. Una vaca en toda su vida reproductiva logra parir de forma normal un promedio de 11 terneros.
A través de la TE, en una sola aplicación, de una vaca se puede tener óvulos para el nacimiento de 11 terneros mediante el uso de ‘vientres de alquiler’ o receptoras. En la sumatoria de varios años de aplicación, hay vacas que producen 50, 60 y hasta 100 hijos.
En el proceso de FIV, considerado más avanzado que la TE, se utiliza un ecógrafo especial que tiene una aguja oculta. Lo que se hace es ecografiar el ovario de la vaca donadora e identificar dónde se encuentran los folículos, que es la etapa anterior al óvulo llamado ovocito.
La aguja oculta identifica y absorbe (lava) todos los ovocitos (entre 100 y 300), que son colectados a través de sistemas de filtro y llevados al laboratorio donde se desarrollan hasta que se vuelven óvulos.
Luego se realiza la inseminación con media dosis de semen (pajuela) del toro donador para la fecundación en probeta de laboratorio.
La FIV se puede aplicar en una vaca donadora cada 20 días durante todo el año.
Opinión
Es caro para el ganadero
Marbel Villarroel / Técnica de Fegasacruz
Como Fegasacruz, debemos fomentar la transferencia de alta genética. También el Poder Ejecutivo debe implementar este tema.
Las cabañas son la base de la alta genética para multiplicar el beneficio. En Santa Cruz y en Beni hay una producción competitiva, el material genético está muy avanzado y ya está a nivel de Brasil y de Argentina.
Sin embargo, todo es un proceso. Falta difundir la importancia de poder introducir a los hatos ganaderos de las estancias toros reproductores registrados. Es un trabajo conjunto de difusión extensiva.
La genética debe ser llevada a las provincias para que los ganaderos la conozcan. El productor, cuando ve a su toro criollo grandote y lindote, lo usa como reproductor, pero ahí no está el secreto. Un toro criollo grande no necesariamente es un buen reproductor.
Un toro reproductor registrado tiene una garantía de reproducción bovina. El otro factor es que un toro reproductor registrado cuesta $us 1.500 y $us 2.000, y eso es caro para el ganadero.
Realizamos, entre ferias y remates, 62 eventos en las provincias.
Se comercializan 62.000 bovinos. Se aprovecha estos eventos para introducir la alta genética con toros reproductores registrados.
“Proceso supersencillo”
Jorge Núñez del Prado / Presidente del rancho la caldera
- ¿Cómo nace su incursión en la FIV?
- Hace muchos años había la monta natural, luego vino la inseminación artificial, luego la TE y hace unos años comenzó también en Brasil la FIV. Con la FIV, el mejoramiento genético se multiplica, se lo hace mucho más rápido. Vimos que había una oportunidad en Bolivia y para no quedarnos atrás, había que instalar un laboratorio. Después de buscar varias alternativas, llegamos a un acuerdo de participación con el doctor Carlos Alberto Zanenga, que tiene su laboratorio Embriza en Brasil, en Campo Grande. Es pionero en la FIV en Brasil y es socio de Embriza Bolivia.
- ¿Tienen que ser de la raza nelore los vientres de alquiler?
- No. Entre el 80% y el 90% de los vientres en alquiler son el cruce industrial de una vaca nelore con ganado pardo suizo, simental o limusine.
- ¿Cuáles son las fases para la aplicación de la FIV?
- El proceso es supersencillo. El ganadero tiene que decir cuántas donadoras tiene. Si tiene cinco, entonces nuestra recomendación es que prepare 10 receptoras por cada donadora. Cobramos $us 250 por preñez confirmada.
Una ‘boutique’ de la carne
La suavidad de la carne, su volumen, los finos hilos de grasa y su sabor son algunas características que los churrasqueros o conocedores valoran a la hora de acudir a El Corte Sano, considerada la primera ‘boutique’ de la carne de Bolivia.
Su propietario, Daniel Arce, explica que sus clientes desde hace una década son brasileños, argentinos y bolivianos que valoran el nivel de la carne de alta genética de la raza brangus.
En su negocio ofrece solo cortes de primera de bovinos de dos años y el kilo, que es envasado al vacío, cuesta entre Bs 65 y Bs 70. Vende cinco reses por semana. Cada una equivale a 200 kilos de primer nivel.
Arce hace notar que tienen la cadena completa, ya que desde hace 15 años es dueño de la cabaña El Corte Sano, con 800 reses, en la ruta Santa Cruz-Camiri, y en la mancha urbana está su boutique de la carne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario