martes, 18 de julio de 2017

Pesca no controlada acaba con especies del Titicaca

El actual presidente ejecutivo de la Autoridad Binacional Autónoma del Sistema Hídrico TDPS (ALT), Juan Ocola, en el primer curso de actualización destinado a periodistas, dio a conocer que la desaparición de peces de origen en el lago Titicaca, como carachi, boga, mauri e ispi, no se debe a la contaminación o la internación de especies no originarias, como pejerrey o trucha, sino sobre todo al proceso de pesca que se realiza en ambos países (Perú y Bolivia), carece de control.

“En 1993 a 1994 realizamos un diagnóstico pesquero, sobre todo en el lado peruano, desde ese tiempo se demostró que la extracción pesquera en el sector peruano bordeaba a las 7 mil toneladas al año. En 2008, mediante un estudio de la Dirección de Producción en el Perú, se encontró que 3.500 toneladas era la extracción de peses, a la que se incluye el proceso de consulta a los pescadores, ocurre que la diferencia (…), quien se comía a esas especies de peces, era la sobre pesca. La demanda de consumo de las poblaciones que han crecido, genera a que cada vez más se venda más peces s pequeños, en proceso de crecimiento y nadie controla la cantidad”, indicó a la consulta realizada por EL DIARIO.

De acuerdo con Ocola, al momento se registra 40 especies de carachis, de los cuales 10 estarían ya extinguidas, “pero la presión pesquera generada por el hombres” es la responsable de estas pérdidas. En el Perú al igual que en Bolivia, existen una infinidad de normativas, para evitar que alevines, no sean pescados, pero en cada uno de los mercados y lugares de venta de peses, se evidencia la pesca de peces pequeños que no concluyeron su desarrollo.

“La presión pesquera ejercida por la población consumidora está generando un gran problema y como ALT, busca la posibilidad de realizar un diagnóstico actual para saber cómo estamos, análisis que no solo será para el Perú, sino para saber cómo está el lago Titicaca, Poopó, Uru Uru, en la situación de su riqueza piscícola. En caso de encontrarse que existe presión en el recurso pesquero, ambos países deben definir qué hacer, seguir dejando que desaparezcan o definir políticas de protección”, enfatizó.

De acuerdo con registro de ALT del Perú, la extracción de peces por está en 4.000 toneladas año, pero que se desconoce la cantidad de toneladas extraídas en el lago Titicaca desde Bolivia, al no haber una institución destinada a realizar el control correspondiente, según reveló Ocola ante consulta de EL DIARIO.

CONTAMINACIÓN

Datos recientemente proporcionados a nivel internacional establecen que solo el 1% del lago Titicaca, sobre todo en el sector de Koana y Puno se encontraría contaminada, porcentaje, aspecto que es aceptado por el presidente de la ALT Juan Ocola.

ALT registra como principales lugares contaminados en el sistema hídrico del lago Titicaca del lado boliviano: Desaguadero, Poopó y salar de Coipasa, mientras que en la región del Perú son: La Bahía Interior de Puno con 0.02% de la superficie del Titicaca, y algunas partes de las bahías de Yunguyo, mayor de Puno, río Coata y río Putina.

Autoridades bolivianas aseguran que los lugares con mayor índice de contaminación lacustre son: la bahía de Cohana, bahía de Copacabana (en proceso), lago Poopó, río Katari y río Pallina.

“La contaminación de algunas bahías, como el caso de Cohana, se debe a los residuos de aguas municipales e industriales, que descienden desde El Alto, Viacha, donde los ríos como el Seke, Seco.

A este proceso de contaminación se suma la ganadería que con la cantidad de estiércol que se junta a orillas de los lagos, los cuales suelen ser arrastrados en temporada de lluvia, generando una contaminación, con carga orgánica de nitrógeno, fósforo, nutrientes que permiten que el agua del lago genere lenteja y berro de agua.

“En Copacabana sector turístico aún no tienen resuelto el tratamiento de aguas municipales”, explicó Ocola.

La ALT, en la presente gestión –para la problemática ambiental– propone la hermanar las ciudades de Copacabana y Yunguyo y aplicar una estrategia educacional para el cambio de los modelos mentales en los pobladores, con el propósito de prevenir y proteger el medio ambiente y poder darle un mejor uso a los recursos hídricos compartidos entre Perú y Bolivia.

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