Familias de pequeños productores del área rural del altiplano boliviano se benefician desde 2014 de un proyecto impulsado por tres entidades, uno gubernamental y dos organismos internacionales, que desde el período señalado disminuyó en 20% la mortalidad de alpacas, además de mejorar la calidad de vida de los campesinos.
El proyecto es ejecutado en el lado occidental del país por la organización Protección Animal Mundial, en estrecha cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia, y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT).
De acuerdo con los datos de la FAO en Bolivia, entre los años 2012 y 2014 murieron más de 10 mil alpacas en el municipio Pelechuco, en el departamento de La Paz, como producto de largas sequías, fuertes heladas y el deterioro de los pastizales que ocasiona el cambio climático.
De acuerdo con la FAO, las comunidades aymaras que dependen de la fibra de alpaca para subsistir sufrieron una reducción de sus ingresos anuales, hasta llegar a obtener tan solo entre $us 2 a $us 3 por animal.
El plan piloto consiste en la construcción de refugios que protegen a las alpacas del frío, de las recurrentes nevadas y de la lluvia, además de pozos artesanales que funcionan a pedal y bebederos que proveen a los animales de las familias beneficiarias con agua limpia y suficiente para el consumo, principalmente en la época seca invernal del año.
Asimismo, se implementó un invernadero atemperado subterráneo conocido como ‘wallipin’, que permite producir pastos ricos en nutrientes para las alpacas, incluso durante los críticos períodos de escasez de alimento en las praderas.
“Esperamos que los gobiernos consideren esta opción para mejorar la vida de miles de animales y familias”, dijo el director regional de Operaciones en Desastres para Latinoamérica de la organización Protección Animal Mundial, Gerardo Huertas.
El costo del sistema por familia es de $us 3.300 y tiene una duración de diez años.
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