sábado, 26 de julio de 2014
La caza furtiva y el contrabando de vicuñas inquietan a 4 países
Representantes de Perú, Chile, Argentina y Bolivia coincidieron en manifestar su preocupación por la caza furtiva y el contrabando de las vicuñas, pues ambas actividades ilícitas diezman a la especie. En la XVII reunión de países que protegen a estos animales se establecieron estrategias de control.
“Los problemas focales por los que pasan los países, excepto Ecuador, son la caza furtiva y el contrabando de la vicuña, y uno de los mercados de mayor ilegalidad es la feria 16 de Julio (El Alto), donde llegan incluso productos de Perú y Chile. Ante esta problemática se coordinan estrategias y mecanismos de control”, declaró a La Razón la directora de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio de Agua y Medio Ambiente, Teresa Pérez.
Del 23 al 25 de julio se realizó la reunión técnica del Convenio Vicuña, al que asistieron representantes de gobiernos y criadores de los camélidos de Ecuador, Argentina, Perú, Chile y Bolivia. Las delegaciones viajarán hoy a las áreas bolivianas donde manejan a esta especie en riesgo.
Pérez explicó que la caza furtiva no solo tiene impacto en la disminución de la población de vicuñas, sino que también afecta a las comunidades que crían y viven de estos animales, y al ingreso de los países; además de dejar efectos irreversibles en biodiversidad.
“Con los testimonios de los otros países y del nuestro propio se evidenció que los cazadores están bien organizados y equipados, utilizan rifles sofisticados que impactan en las vicuñas a 1.000 metros de distancia, las matan, esquilan, recuperan lo que comercializarán y luego las trasladan al mercado de la 16 de Julio, donde venden el producto ilegalmente”, indicó Pérez.
Enrique Gaspari, de la Asociación de Desarrollo Integral Puneño de Jujuy (Argentina), sostuvo que para el manejo de la vicuña se debe invertir capital hasta que el animal llegue a la edad adulta, que es cuando esquilan la fibra. “Pero los cazadores no miden esto y matan por igual a los animales”.
De los cinco países que conforman el Convenio Vicuña, Ecuador es el único que no tiene problemas con los cazadores furtivos debido a que en ese país la población de estos animales es mínima y se encuentra vigilada dentro de un parque nacional.
Control. “Ecuador solo se dedica a la reprodución de la vicuña, no la esquilan ni nada por el estilo. En los años 80 y 90, Perú, Chile, Argentina y Bolivia le donaron 100 cabezas de vicuña y las hicieron reproducir, ahora ya tienen 5.000, ese es un gran logro”, señaló la Directora de Biodiversidad.
De las ocho resoluciones emitidas en la clausura del evento, una establece acciones para el control y lucha contra la caza, contrabando y comercialización de productos de la vicuña.
Entre estas medidas está que los países compradores de fibra de vicuña coordinen acciones para verificar el tránsito y el destino de la mercadería. También reforzar esquemas de fiscalización desde el momento de la esquila hasta la conclusión de la cadena de valor.
“Seremos más drásticos en cuanto a la venta ilegal de productos de la vicuña, es difícil pero no imposible ejercer el control. Hemos analizado con los países, cada uno realiza un control pero nunca lo hicimos de manera conjunta, por eso ahora establecimos que reforzaremos el control en los puntos fronterizos”, afirmó Pérez.
El responsable del proyecto Conservación de Vicuñas de la Gobernación de Oruro, Efraín Mamani, sugirió que además del control fronterizo se creen trancas en las áreas de hábitat de estos animales: Sajama (Oruro) y Sud Lípez (Potosí). Pero también pidió dotación de equipos modernos para informar sobre los cazadores. “Los contrabandistas están en mafias organizadas y tienen armamento moderno, por eso hay miedo en los comunarios”.
Población de vicuñas en la región
Países
Perú es el mayor productor de vicuñas con 208.899 cabezas, le sigue Bolivia que tiene 136.000, Argentina más de 63.000, Chile 60.000 y Ecuador 5.000. En Bolivia la mayor reserva se encuentra en el Área Natural Integral de Apolobamba (La Paz).
Cazadores amedrentan a comunarios
Juan Mejía
Los comunarios de poblaciones orureñas reciben amenazas, hasta de muerte, de los cazadores furtivos, cuando se atreven a denunciarlos. Las armas que este grupo maneja atemorizan a los lugareños. Un exguardafauna ad honorem, Fidel Tito, recordó que desde 1996 se denunció la caza furtiva de vicuñas a la entonces prefectura de Oruro y a la Dirección de Biodiversidad en La Paz.
Sin embargo no hubo respuesta, más al contrario —relató— los comunarios fueron acusados de cómplices. “Por un lado recibimos amenazas de muerte de los cazadores y por el otro las autoridades nos acusan de cómplices”.
Agregó que los cazadores, armados con rifles, persiguen a las vicuñas en motocicletas. “En la comunidad de Yuruna, hace más de dos meses, se encontraron 80 vicuñas degolladas, en otras zonas se hallaron 20, pero no se hizo nada. Se sabe que esta gente viene de Chipaya y Sabaya, y que están dejando solo a las hembras”. Los mercados negros de fibra de vicuña de La Paz y El Alto son los principales impulsores de la caza furtiva e indiscriminada.
Desde 2007 hasta abril de 2014 se han victimado a más de 2.000 vicuñas de una población que alcanza las 30.000, según el último censo realizado en 2009, informó el responsable del Proyecto y Conservación de Vicuñas, Efraín Mamani. La vicuña habita en el occidente del país y es requerida por su lana, cuyo kilo alcanza a los $us 426. Los cazadores también la buscan por sus fetos (sullu en quechua), que son vendidos a “hierberos”.
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