Hace diez meses que en la "zona roja2 de Villa Montes no llueve en la magnitud que permita llenar un atajado o dar respiro a la siembra de granos destinados para la alimentación de los bovinos, situación que ha generado que la falta de forraje y agua atente contra la salud de las reses que lentamente van perdiendo peso y son presa fácil de las infecciones.
A 25 kilómetros del municipio del Chaco tarijeño está la filial Palo Marcado. En este predio, que cuenta con 160 bovinos, desde agosto ya murieron unos 15 animales y otros diez están en pésimas condiciones.
Marco Antonio Aparicio ya sabe de este tipo de inconvenientes y solo se resigna a que la muerte de sus animales no aumente y que los terneros puedan superar la falta de leche y de agua. El escenario alrededor de Palo Marcado es agreste, seco y deprimente.
Los terneros son separados de sus madres que luego de parir están muy débiles para amamantarlos, pues de hacerlo con seguridad morirán.
En la zona, los atajados están secos, la tierra partida y la desesperación en la cara de Antonio Mendoza, dueño de 50 bovinos, indica que la sequía cada vez más larga se ensaña con los pequeños y medianos ganaderos.
Dionisio Ovando, que cuenta con 105 bovinos, asegura que el mayor peligro está por llegar, dado que el agua que los camiones cisterna proveen al municipio de Villa Montes no dan abasto y además ante la falta de precipitaciones, el líquido que aún queda en los atajados se está contaminando o se convierte en barro.
Obras sin terminar
Entrando un poco más en el chaco tarijeño, se encuentra la comunidad Tarijeñita. En ella, don Lorenzo Cuéllar y su esposa, Mercedes, tratan de que sus 80 bovinos no entren en el ciclo peligroso de la falta de agua.
Por todos los medios buscan que los animales más débiles coman maíz y beban agua, elemento que es destinado para el consumo humano, pero dadas las circunstancias no tiene otra alternativa que compartirlo.
Cuéllar lamenta la situación actual, pero critica que esto se debe a que los tanques australianos construidos de manera conjunta con la Gobernación de Tarija, por la falta de la geomembrana no fueron llenados y al estar vacíos se están dañando.
Por el momento, en la zona las personas no sufren por agua, pero ven con preocupación la falta de lluvia
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