La cantidad de vicuñas en el departamento de Oruro aumentó notoriamente durante los últimos diez años, con los programas de preservación de los animales que forman parte de la fauna silvestre y con la prohibición de la caza furtiva de estos animales que viven especialmente en los alrededores de los lagos Uru Uru y Poopó.
Según datos extraoficiales, existen por lo menos 28.830 vicuñas en el departamento de Oruro, pero los datos oficiales serán obtenidos mediante el censo agropecuario que se inició hace un mes a nivel nacional. Entre las mayores preocupaciones de los comunarios y de los especialistas en el tema, son la crianza y la preservación de estos animales.
Hasta 1996, se tenían 3.560 vicuñas, pero esa cantidad fue superada notablemente en los ùltimos 15 años. La mayor cantidad de vicuñas se concentran en el área del río Desaguadero y el lago Poopó, donde existen más de cinco mil unidades. Las vicuñas se pueden apreciar con mayor claridad a los dos lados del camino Oruro-Potosí, entre los tramos de Machacamarca y Poopó. También hay vicuñas en el trayecto de Oruro-Caracollo.
Los comunarios advirtieron que, a pesar de estar prohibida la caza de estos animales, de acuerdo a ley, aún existen algunas personas que se dedican a ese negocio, por el alto valor de la fibra. Se estima que en diez años, ha debido aumentar la cantidad de la población de vicuñas y, por ese motivo, se ha considerado que existen por lo menos 28.830 unidades, sin beneficiar a las comunidades que en muchos casos las protegen aún cuando ocasionan daños a sus cultivos y contagian con ectoparásitos a la ganadería doméstica.
Por ese motivo, la Gobernación, a través de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, ha planteado el programa de “manejo de la vicuña”, desarrollando módulos de gestión participativa que permita preservar este recurso como una alternativa con el objetivo de frenar la caza ilegal y la de generar desarrollo para las comunidades rurales, como una forma de resarcimiento por el daño que les ocasiona.
Sin embargo, según el estudio efectuado por especialistas en el tema, la “actividad antrópica (agricultura, ganadería, minería, etc.) actúa negativamente sobre el hábitat de las especies silvestres, por las cuales se tienen reducidas poblaciones y en muchos casos son raros los avistamientos de esta clase de animales, esta situación hace que se promuevan acciones de protección combinadas con las actividades forestales dentro de las áreas de manejo de vida silvestre, de manejo comunal en base a principios de usos y costumbres”.
La denominación de los lagos Poopó y Uru Uru, como sitio Ramsar, sustentado por las funciones de almacenamiento de agua, descarga de acuíferos, retención de nutrientes y sedimentos (negativo), valores de producción pesquera, pastoreo, alta biodiversidad de fauna lacustre, turismo, hacen que sea prioritario su gestión como manejo de la biodiversidad del lago Uru Uru que por distintas causas están expuestas a la contaminación minera, biológica y de deterioro natural que permita protegerla y preservarla por el valor ambiental, ecológico y económico.
El proyecto de Apoyo a la Valorización de la Economía Campesina (VALE) entregó hace un año dos millones de bolivianos a cinco asociaciones regionales de comunidades que se dedican al manejo de las vicuñas. El dinero fue dispuesto para la compra de equipos de captura y esquila que mejora el rendimiento de la producción en el departamento de Oruro.
El dinero fue utilizado para mallas, callapos, yutes, lonas y handys (aparatos de intercomunicación a distancia con batería), máquinas esquiladoras Heineger, afiladoras de esquiladoras, generadores eléctricos, cortantes y peines especializados.
La vicuña se encuentra especialmente en los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí, aunque también hay ejemplares en los departamentos de Cochabamba y Tarija, pero en menor cantidad, de acuerdo al estudio censal del 2009.
El estudio denominado “Estado Poblacional de la Vicuña en Bolivia”, realizado por el Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos, de Gestión y Desarrollo Forestal, incluye a La Paz con 36.969 vicuñas, Oruro 28.830 y Potosí con 44.202.
Una apreciable cantidad de vicuñas también se puede apreciar en las praderas del nevado Sajama y en Carangas.
Según el viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Victor Hugo Vásquez, con la implementación del proyecto de apoyo a la crianza y preservación de la vicuña, “se ha logrado aprovechar la fibra de la vicuña en determinadas épocas”. Dijo que, antes la gente “no sabía esquilar” y desde el 2003, se ha implementado esta tarea con 180 vicuñas y ahora la cantidad está creciendo, con la persistencia de los mismos comunarios.
El kilo de fibra de vicuña, en el mercado internacional, tiene un costo de 410 dólares americanos.
El Comité de Comercialización de Fibra de Vicuña está integrado por asociaciones del Parque Nacional Sajama, Sud Lípez en Potosí, Apolobamba, San Andrés de Machaca y Pacajes en La Paz.
La base para la conservación y manejo de la vicuña es precisamente la participación de las comunidades originarias, debido a que ellas son responsables de la custodia de las poblaciones de vicuñas, como establece el Decreto Supremo 24529.
La vicuña es un animal adaptado para vivir bajo condiciones climáticas extremas y no destruye los suelos, debido a sus largas patas. Es la más pequeña de los camélidos, pero al mismo tiempo, tiene la fibra más fina y más apetecible especialmente en el exterior del país.
Para mantener la viabilidad del programa, el animal es capturado sólo para la esquila y después es liberado para que cada año se pueda aprovechar su lana.
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