Los productores de carne tienen un excedente de 12.000 toneladas métricas al año y buscan luz verde para mejorar los volúmenes de exportación, que fueron apenas del 0,28%.
El lunes se cumplió un año desde que se permitió un primer cupo de venta al exterior para la carne boliviana, luego de cuatro años de veto. Desde esa fecha se sacó un total de 1.028 toneladas métricas, generando nuevos empleos y aportando a la dinámica económica del país.
“Pero este volumen exportado es insignificante considerando que la oferta anual supera las 210 mil toneladas métricas”, informó la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol).
De esta oferta anual, el mercado interno consume solamente 198 mil toneladas, quedando un excedente de 12.000 toneladas métricas de carne que no se consumen ni se exportan.
Frente a esta situación, la Congabol busca aumentar el cupo permitido para exportar, que actualmente es de 2.000 toneladas métricas. Bolivia exporta 60 gramos de carne por cada habitante, mientras que Paraguay exporta 22 kilos.
El sector reconoce que el Gobierno dio una señal positiva el pasado año cuando autorizó las ventas, sin embargo cree que es el momento apropiado para dar un nuevo impulso a esta dinámica, lo que permitirá colocar la sobreoferta en el exterior.
Por ello, los ganaderos piden al Gobierno la aprobación de un nuevo cupo de exportación, sin trabas burocráticas y con apoyo en la apertura de mercados tanto a nivel político como sanitario.
Las restricciones a la venta externa comenzaron en 2008.
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