domingo, 19 de mayo de 2013
Despega nuevo negocio de bovinos en confinamiento
El know how (forma de transferencia de tecnología) brasileño da pie a un nuevo negocio pecuario en Santa Cruz. La compraventa de bovinos para engordar en confinamiento -el animal pasa el 100% del tiempo en el corral y recibe su ración alimenticia y agua en gavetas- comienza a desplazar el sistema tradicional a campo abierto.
La agropecuaria Cupesí, distante 147 kilómetros al este de la capital cruceña, entre las localidades Pozo del Tigre y Tunas, así lo refleja. En este fundo, de la familia Díaz, se confinan 1.500 bovinos bajo una rigurosa e intensiva dieta nutricional.
En Cupesí el proceso de ensilaje y de provisión de alimento al ganado es mecanizado y el manejo animal supervisado por personal altamente calificado.
En la zona se verificó un auge de confinamientos. El poco espacio que se requiere para desarrollar la actividad, el tiempo acelerado de engorde y salida del bovino a los mercados de consumo y los márgenes de utilidades que deja el negocio alientan el engorde en corrales.
Según Alejandro Díaz, líder del Consorcio Regional de Experimentación Agropecuaria, entre Cotoca y Pozo del Tigre (este), Warnes y Montero (norte) y Basilio y Mora (zona sur) se hallan los 200 pecuarios que se dedican al engorde intensivo de ganado en confinamiento. La cantidad se duplicó desde 2010.
La simplificación de tiempo en el engorde del animal en corral es lo más relevante del confinamiento. Por la ración nutricional balanceada que recibe el animal en este último sistema en 18 meses (360 a 400 kilogramos) está listo para ir al frigorífico. A campo abierto el tiempo del proceso se duplica.
Para 1.200 bovinos en confinamiento se requiere unas 30 hectáreas para levantar 12 corrales, cada uno, alberga 100 animales. En el sistema tradicional se requieren 300 hectáreas con pasto para asegurar la nutrición de igual cantidad de ganado.
El precio del peso vivo que pagan los frigoríficos y ‘frialeros’ que llegan de Tarija, Cochabamba y La Paz es otro componente que, a decir de más de un ganadero que engorda en confinamiento, alienta la reproducción.
Por la cobertura de grasa y calidad de carne se paga Bs 20 por el kilo vivo de ganado producido en confinamiento; mientras que por igual volumen de un animal criado a pasto cuesta Bs 17,50.
El crecimiento del sector que engorda ganado en confinamiento es apuntalado por empresas privadas como Guabirá que, a través de Ración Total, ofrece subproductos derivados de la caña (bagazo hidrolizado y crudo, melaza y levadura) para la dieta bovina. Además, alquila corrales para engordar bovinos.
Ración Total engorda en confinamiento más de 25.000 animales por año que corresponden a ganaderos del Norte Integrado. En la empresa creen que la simplificación de tiempo de engorde condiciona el confinamiento de ganado vacuno.
Con datos a 2012, según fuentes del sector ganadero, el hato en Bolivia alcanza 8,6 millones de bovinos, de los cuales 3,6 corresponden a Beni, a Santa Cruz 2,4, y el resto a otros distritos.
Se estima que de las 700.000 cabezas de ganado para engorde que se reproducen en Santa Cruz y Beni, por año, 200.000 (un 28,6%) se confinan en haciendas ganaderas cruceñas.
En 2008, la relación porcentual no llegaba a 5%.
La ‘fiebre’ de importación y venta de maquinaria agrícola para procesar y enfardar ensilaje es otro dato que refrenda el crecimiento del sector pecuario que confina ganado.
Casas comerciales dieron cuenta de que el requerimiento de chatas mezcladoras de ración nutricional para engorde en corrales repuntó en el último año. Por citar, Agromec en 2010 importó dos chatas mezcladoras de forraje, en 2012 comercializó 46.
Zonas agrícolas atraen
La favorable oferta y disponibilidad de granos (sorgo, soya, maíz y girasol) para la nutrición bovina alienta la reproducción de ganado en confinamiento, especialmente entre Cotoca y Pozo del Tigre y Basilio y Mora, donde los colonos menonitas cultivan estos granos que son básicos para procesar la ración nutricional de los animales.
Este aspecto llevó a muchos ganaderos a establecerse cerca a las colonias menonitas para asegurar la provisión de grano. Mecanizaron su actividad y con la ayuda de la tecnología ensilan los granos para asegurar la alimentación del ganado durante la temporada de confinamiento, que empieza en junio y se prolonga hasta diciembre.
No obstante, varios pecuarios indicaron estar nerviosos porque frente al repunte del engorde intensivo de ganado en confinamiento los menonitas han empezado a incursionar en la actividad, lo que torna insegura la provisión de grano.
Se valorizan la tierra y el ganado
El negocio de engorde de ganado bovino en confinamiento derivó en una escalada del precio de las tierras en la zona norte, este y sur de la región.
Fuentes del sector pecuario, indicaron que hace 10 años en la zona este (Pozo del Tigre) la hectárea de tierra con monte costaba $us 300, ahora la misma superficie se cotiza a $us 2.000 y, en producción, $us 3.000.
El interés de pecuarios benianos por tierras para desarrollar confinamiento bovino es otro factor que motivó la suba de precio de los fundos con vocación agropecuaria.
Ganaderos de esta región, indicaron que no realizan la actividad por la limitada oferta de granos y porque hacerlo le representaría mayores gastos. La mayoría alquila corrales en Santa Cruz para engordar sus animales en corrales.
El precio del ganado en destete que llega de Beni a Santa Cruz para engorde también se encareció. Un novillo de 18 meses que antes costaba $us 120 escaló a $us 300 en el último año
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