“La lluvia cayó ‘justito’ cuando la sequía empezaba a asfixiar a los ganaderos y a comprometer la vida de los animales que cada día enflaquecían porque la vegetación y los atajados se mostraban secos”, explicó Rafael Ayarde, mientras arreaba su ganado para que beba del agua que se acumuló en el estanque de su puesto ganadero El Progreso, ubicado en El Bagual, población distante 50 kilómetros de Caiza (Yacuiba).
El hombre comentó que el aguacero, segundo desde noviembre, ayudará a regenerar la vegetación, principal alimento de los vacunos que se crían a campo abierto en el Chaco de Yacuiba. Según él, daba malojo y chala de maíz y ensilaje de sorgo que compró a menonitas que se dedican a la actividad agrícola en la zona.
Pero la llanura chaqueña yacuibeña ofrece contrastes diferentes. A siete kilómetros de la propiedad de Ayarde, en Llanura Seca, puesto ganadero de Vidal Estrada, la lluvia fue leve.
El ganadero indicó que la anterior semana tres vacas, de las 400 que tiene, además de chivos y ovejas se le murieron por falta de agua y forraje. “Hasta la taraca (planta silvestre que crece en el Chaco boliviano) está marchita en esta zona”, explicó Estrada.
Un equipo periodístico de EL DEBER recorrió puestos ganaderos que se concentran en la llanura del Chaco tarijeño, chuquisaqueño y cruceño y verificó que las precipitaciones caídas en las últimas semanas, abundante en algunas zonas y con menor intensidad en otras, aliviaron al sector ganadero y que la vegetación y reservorios de agua empezaron a tupirse de vegetación y llenarse de agua.
Iniciativas preventivas asumidas por ganaderos en procura de combatir la sequía y la implementación de programas de asistencia impulsados por las gobernaciones y alcaldías son factores positivos a destacar.
En Simbolar, El Bagual y Llanura Seca, en el Chaco de Yacuiba, más de un ganadero importó forraje de sorgo de Paraguay y adquirió rollos de pasto de los menonitas para garantizar la alimentación del ganado. Camiones cisternas acarrean agua para el consumo humano y animal.
Lo propio ocurre en puestos ganaderos de Villa Montes. En Capirenda, El 50, Las Moras, Los Galpones, La Trece, Quintín Ortiz, La Victoria, Las Bayas, Samaiguate y Cururendase la Alcaldía implementó el programa de manejo y conservación de forraje, que incluye la dotación de semillas de heno y un depósito con capacidad para acopiar 20.000 litros de agua para un sistema de riego por goteo.
El proyecto, en el que se invirtió Bs 1,5 millones, beneficia a 75 productores pecuarios.
Ya en el Chaco chuquisaqueño la lluvia llegó, según ganaderos, justo cuando la sequía empezaba a endurecerse. En recintos pecuarios ubicados en Cuatro Vientos, Miraflores, San José y Macharetí se informó de que este año el impacto de la sequía fue tibio y que la provisión de agua para el consumo humano y animal mejoró con relación a 2010. En estos puntos, las lluvias han comenzado a aumentar el caudal de agua en los estanques.
En el Chaco cruceño, las lluvias han comenzado a hacerse presente. En Boyuibe, el martes por la noche llovió a raudales por más de cuatro horas, lo que motivó la acumulación de agua en los atajados y la recuperación de la vegetación. Los caminos se tornaron intransitables.
En Charagua sucedió lo propio, aunque se pudo advertir que el follaje de la vegetación en algunas zonas, tales como San Francisco, aún está marchito.
Camino a San Lorenzo y en un puesto ganadero en San José se verificó restos de animales que perecieron por la sequía. En estos puntos la lluvia caída el miercoles remojó la flora.
En el municipio de Cabezas el panorama es gris por la falta de lluvia. Los atajados lucen secos; ganaderos indicaron que pasan apuros por la falta de forraje.
Al respecto, el titular de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) y de la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol), Juan Carlos Peredo, indicó que el sector está en situación de alarma por falta de pastura en algunas zonas de Beni, Chuquisaca y Tarija.
A escala regional, informó de que si bien llovió parcialmente en el Chaco no suponen una solución al problema de fondo porque el rebrote de los pastizales tardará entre 45 y 60 días y en este momento hay un déficit de forraje para el ganado.
Según él, Pailón Sur y puestos ganaderos de la provincia Cordillera se encuentran afectados por la falta de forraje. En ese marco, expuso que en coordinación con la Gobernación gestionan la provisión de bagazo de caña en las industrias azucareras y diseñan un plan que incluye la producción de ensilaje de alimentos para el ganado.
En la Federación de Ganaderos de Villa Montes, el presidente Javier Cuéllar indicó que el sector está feliz porque llovió torrencialmente en las 28 filiales ganaderas y los atajados, según él, rebasaron su capacidad de almacenaje de agua.
En Beni, según el presidente de la Asociación de Ganaderos, Mario Hurtado, las últimas lluvias caídas han aplacado la falta de pastura. Según él, este año la sequía no fue tan alarmante como en 2010.
Desde el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras se informó de que están evaluando los efectos de la sequía en el chaco.
En puestos ganaderos
➠ Mario Camacho
Las Lomas - Yacuiba (Tarija)
“Para evitar los sinsabores del año pasado, se me murieron 18 vaquillas, 28 ovejos y dos caballos por falta de forraje, decidí tomar mis recaudos e invertir recursos frescos para importar heno de Paraguay y acopiar maíz para garantizar hasta abril del próximo año la alimentación de los 500 bovinos nelore que tengo en la propiedad. Invertí en la perforación de un pozo de agua”.
➠ Vidal Estrada
Llanura Seca - Yacuiba (Tarija)
“Las precipitaciones que cayeron no alcanzan porque apenas humedecieron la vegetación y no llenaron los estanques que tienen poca agua. Esto empeora el panorama porque las vacas, en su intento de tomar agua por la desnutrición que presentan, casi siempre mueren atascadas en el lodazal. Resultan vanos los esfuerzos para querer jalarlas con la ‘toyotita’ que tengo”.
➠ Cándido Ovando
Los Galpones - Villa Montes (Tarija)
“Si bien la lluvia fue parcial y se concentró en algunos sectores servirá para que la vegetación se recupere y el ganado que se encuentra monte adentro empiece a ‘ramonear’. El cielo está gris y tengo plena confianza en que las lloviznas van a persistir este mes y que las condiciones van a mejorar. Este año los efectos de la sequía no fueron tan graves, pero sigue faltando forraje”.
➠ Nenfo Velásquez
El Manantial - Macharetí (Chuq.)
“Este año la sequía se comportó como una fiera. De un saque mandó a mejor vida a una 20 vacas que murieron por la falta de forraje. De agua no me preocupo porque un camión cisterna nos abastece para el ganado y en un recipiente, tipo piscina, acopiamos el líquido para el consumo nuestro. Otra plaga son los leones porque se comen los chivos y las ovejas”.
➠ Reinaldo Barba
San Lorenzo - Charagua (Scz)
“La lluvia ‘cayó como anillo al dedo’ porque llenó los atajado y la humedad resucitará la caña y garabatillo que tengo esparcido en la propiedad y servirá para alimentar las vacas que hay en la propiedad. Hace dos meses tenía que peregrinar y acarrear agua de una comunidad que recibe el líquido de un camión cisterna. La flora se renovará, las beneficiadas serán las reses”.
➠ Gerardo Tuari
Tayasigua - Boyuibe (Scz)
“Este año la sequía se sintió con menos intensidad y el último aguacero (el martes) llenó los atajados y todo hace suponer que la vegetación empezará a reverdecer, esto da tranquilidad porque el ganado empezaba a enflaquecerse por falta de agua y de alimento. La presencia de leones en cercanías de las fincas preocupa porque se comen los ovejos y las cabras”.
“Urge acciones estructurales, no paliativas”
Cristian Sattori, expresidente de Congabol
La falta de anticipación, acciones preventivas y de políticas públicas tanto departamentales como nacionales por los fenómenos naturales que afectan al sector ganadero, inundaciones y sequía, son recurrentes. Estos temas no son debidamente atendidos y las soluciones que casi siempre se dan son paliativas y no estructurales.
Se debe activar un sistema de alerta temprana para anticiparse a los futuros problemas y tomar acciones preventivas que contribuyan a aplacar eventuales emergencias. Los efectos de una sequía e inundación se deben planificar con seis y ocho meses de antelación para que los trabajos programados se cumplan con eficiencia y los resultados sean los esperados.
Se debe cambiar y adecuar los mecanismos de producción para enfrentar la magnitud de los fenómenos. Quizás antes se podía pensar en hacer ganadería sin pozos de agua, atajados o simplemente con aguadas naturales, ahora urge la tecnificación.
El acceso al crédito limita inversiones para potenciar al sector ganadero. Por ejemplo, en el Chaco boliviano se debe pensar en la ganadería en confinamiento. Se debe trabajar en prevención, créditos para inversión y seguridad jurídica de la tierra.
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