miércoles, 1 de mayo de 2013

La carne de llama estaba reservada para los líderes

Solo los personajes más prestigiosos que habitaban en la región de San Pedro de Atacama (donde nació el héroe Eduardo Abaroa) podían comer carne de llama. Esa es la conclusión a la que llega Mark Hubbe, de la Universidad Estatal de Ohio, en una investigación publicada en la Revista Americana de Antropología Física.

Hubbe estudió las caries y el desgaste en 109 cráneos encontrados en tres cementerios prehistóricos de Atacama. La menor presencia de caries en los dientes de osamentas masculinas, sobre todo entre los enterrados entre el año 500 y el 1000 d.C. con honras fúnebres que mostraban su poder, es interpretada como una señal de que su alimentación era rica en carne. Las dietas basadas en carbohidratos tienden a causar un mayor desgaste en la dentadura



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