Cuando el 11 de abril de 2011, el Frigorífico de los Comercializadores de Carne (Frigodecca) fue inaugurado, el objetivo central era evitar a los intermediarios y bajar el precio del kilo gancho de la carne de res. Pasaron seis años y eso no se pudo concretar.
Héctor Jiménez, expresidente de la Asociación de Carniceros (Adecca), sostuvo que la presión del mercado, de los productores y de los intermediarios evitó que bajen los costos.
Jiménez detalló que el ‘apriete’ de algunos ganaderos y el sabotaje en la entrega de la materia prima (ganado vivo) los condicionó a aceptar el precio del kilo gancho que en la actualidad y que de acuerdo con la calidad de la carne, oscila entre Bs 19 y Bs 21.
Otro aspecto que hizo notar Jiménez es que en la oferta cárnica ellos aportan cada día el faeneo de unas 180 reses cuando en Santa Cruz diariamente se consumen 1.700 reses.
Los ganaderos
Javier Landívar, gerente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz, sostuvo que no determinan el precio del kilo gancho, sino que son los intermediarios que comercializan con los mataderos y los frigoríficos.
Landívar señaló que el kilo vivo de una res se está vendiendo en los centros de remate entre Bs 8 y Bs 11, y son en estos centros de venta hasta donde llegan los intermediarios para comprar los distintos lotes y luego los llevan a los mataderos, donde definen el precio del kilo gancho.
“El precio que se está pagando a los ganaderos cubre los costos y será muy difícil que baje, aunque en algunas oportunidades, por la alta oferta, el mismo baja, pero no lo hace el kilo gancho, y eso es llamativo”, dijo Landívar
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