El sector ganadero exige al Gobierno nacional cumplimiento de compromisos en medio de la emergencia por la inundación que afecta a la región, afirmó ayer el presidente de la Federación de Ganaderos del Beni y Pando (FEGABENI), Christian Sattori.
El Gobierno y el sector agropecuario vuelven al diálogo para encontrar la mejor forma de atender a los productores que son damnificados por el rebalse de ríos.
Aunque hay muchos puntos en la agenda, “lo que los ganaderos vamos a reclamar es el cumplimiento de los compromisos y que finalmente podamos ver resultados”, dijo Sattori.
“No podemos perder mucho tiempo haciendo el diagnóstico tenemos que ponernos a trabajar”, añadió la autoridad.
FEGABENI calculó que 500 mil reses están en riesgo por la inundación. 30 mil cabezas de ganado pasaron por puestos de control cuando eran movidas hacia las alturas, una cifra superior fue trasladada a zonas más altas huyendo del agua pero no pasaron por ningún puesto. No hay reses reportadas como muertas.
Las provincias más afectadas por el agua en el Beni son: Moxos, Marbán y Cercado.
La ayuda solicitada en dinero sobrepasa los dos millones de Bolivianos.
El plan de contingencia presentado al Gobierno incluye apoyo para mejorar los puntos de desembarco del ganado, combustible y embarcaciones para transportar alimento para las reses y evacuar al ganado que se haya quedado aislado en las lomas de las estancias.
Además, vacunas y reconstituyentes para que el ganado que sobreviva a la inundación no muera con “los surazos”. Mucho ganado que no se ahoga o sobrevive a la hambruna muere por debilidad cuando desciende la temperatura ambiente bruscamente.
El representante ganadero dejó en claro que el plan todavía no fue aprobado por el Ministerio de Agricultura.
Los ganaderos pierden dinero por daños a la infraestructura, por la muerte de animales, por contratación extra de personal para atender el ganado y por la pérdida de peso que sufre el animal por la falta de comida o por el estrés que sufre en las largas jornadas que se utilizan para huir del agua.
El Gobierno y el sector agropecuario vuelven al diálogo para encontrar la mejor forma de atender a los productores que son damnificados por el rebalse de ríos.
Aunque hay muchos puntos en la agenda, “lo que los ganaderos vamos a reclamar es el cumplimiento de los compromisos y que finalmente podamos ver resultados”, dijo Sattori.
“No podemos perder mucho tiempo haciendo el diagnóstico tenemos que ponernos a trabajar”, añadió la autoridad.
FEGABENI calculó que 500 mil reses están en riesgo por la inundación. 30 mil cabezas de ganado pasaron por puestos de control cuando eran movidas hacia las alturas, una cifra superior fue trasladada a zonas más altas huyendo del agua pero no pasaron por ningún puesto. No hay reses reportadas como muertas.
Las provincias más afectadas por el agua en el Beni son: Moxos, Marbán y Cercado.
La ayuda solicitada en dinero sobrepasa los dos millones de Bolivianos.
El plan de contingencia presentado al Gobierno incluye apoyo para mejorar los puntos de desembarco del ganado, combustible y embarcaciones para transportar alimento para las reses y evacuar al ganado que se haya quedado aislado en las lomas de las estancias.
Además, vacunas y reconstituyentes para que el ganado que sobreviva a la inundación no muera con “los surazos”. Mucho ganado que no se ahoga o sobrevive a la hambruna muere por debilidad cuando desciende la temperatura ambiente bruscamente.
El representante ganadero dejó en claro que el plan todavía no fue aprobado por el Ministerio de Agricultura.
Los ganaderos pierden dinero por daños a la infraestructura, por la muerte de animales, por contratación extra de personal para atender el ganado y por la pérdida de peso que sufre el animal por la falta de comida o por el estrés que sufre en las largas jornadas que se utilizan para huir del agua.
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