La población de vicuñas experimentó un súbito aumento. El segundo censo de la vicuña determinó que hay 105 mil ejemplares en Bolivia, por lo que su número se triplicó en los últimos 14 años.
El director general de Biodiversidad y Áreas protegidas, Omar Rocha Olivio, informó que en diciembre se desarrolló el censo que determinó que la población se triplicó en el país merced a las políticas de protección que encaran las comunidades.
Las mayores zonas que concentran a los animales se encuentran en el Área Natural de Manejo Integrado de Apolobamba (La Paz), el Parque Nacional Sajama (Oruro) y la región del sudoeste de Potosí que comprende varias provincias como Daniel Campos, Antonio Guijarro, Sud Lípez, Nor Lípez y Enrique Baldivieso.
Subrayó que fue vital la participación de los pobladores para el crecimiento poblacional del camélido, que estaba considerado en peligro de extinción pues llegaron al convencimiento de que es un recurso sustentable por la esquila de su fibra.
Varias instituciones participaron en el censo, como las prefecturas, el Programa Nacional de la Vicuña y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).
El primer censo nacional de la vicuña de 1996 determinó que había 33 mil vicuñas. En 1965 se la consideraba en peligro de extinción, pues la población alcanzaba a cuatro mil. En 1965 los gobiernos de Bolivia, Chile, Ecuador y Perú suscribieron un convenio para la conservación y manejo de la vicuña en los siguientes términos:
Primero, la conservación de la vicuña constituye una alternativa de producción económica en beneficio del poblador y se comprometen a su aprovechamiento gradual bajo estricto control del Estado; segundo, se prohíbe la caza y la comercialización ilegales de la vicuña, sus productos y derivados; tercero, se prohíbe la comercialización interna y externa de la vicuña, sus productos al estado natural y las manufacturas de éstos hasta el 31 de diciembre de 1989.
La vicuña habita la puna a más de 3.200 msnm, donde el clima frío y seco son características de la región. Son herbívoras y se alimentan de las plantas de la estepa puneña. Por su forma de alimentarse se les ha denominado pastoreadores de bajo impacto, lo que significa la posibilidad de rápida recuperación de las pasturas. Generalmente viven cerca de los ríos o de lagunas.
La esquila de la fibra irá en aumento
El director general de Biodiversidad y Áreas Protegidas, Omar Rocha Olivio, afirmó que en Bolivia apenas se aprovecha el 10 por ciento de la fibra de la vicuña, por lo que se pondrán en marcha programas para aumentar la esquila debido a los buenos precios en el mercado internacional.
El proceso de aprovechamiento sostenible de este animal en el país se inició en 1997 con la instalación de tres centros pilotos a través de la captura y la esquila de la vicuña: en Apolobamba (La Paz), Mauri y Lípez (Potosí) y Sajama (Oruro), cuyos pobladores capturan y esquilan a los animales.
El aprovechamiento de la fibra de vicuña fue en ascenso con el paso del tiempo. El primer año se obtuvieron 12,5 kilogramos de fibra, después de nueve años la esquila aumentó a 950 kilogramos y en 2007 la comercialización de la lana de la vicuña superó los 300 mil dólares, que fue distribuido entre las comunidades.
Rocha señaló que los pobladores se apoderaron de los programas porque comprobaron que su aprovechamiento sustentable logra buenos ingresos económicos. Cada kilo de fibra se cotiza a un promedio de 500 dólares.
Los mercados potenciales para la fibra son Europa, Japón y Estados Unidos, cuyos diseñadores de alta costura confeccionan trajes cuyos precios alcanzan cifras de hasta 22 mil dólares.
En los últimos años grupos de cazadores furtivos se dedican a cazar a los camélidos con el objetivo de extraerles su fibra.
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