Desde hace muchas décadas en los distintos gobiernos mediante la cartera de estado del sector agropecuario se impulsó la erradicación de la fiebre aftosa que afecta a la ganadería en su conjunto, hasta concluir en la presente gestión con la erradicación total de este mal, lo cual es de beneficio para miles de productores.
Generalmente cientos de cabezas de ganado vacuno, ovino y caprino fueron afectadas por este mal en otras gestiones, pero ahora se tiene la ventaja de exportar carne, derivados de productos cárnicos como ser embutidos, carne enlatada, productos lácteos, mantequilla, quesos, leche, evaporada, condensada, yogurt, etc., los cuales están al alcance de la producción en la agroindustria con el potencial ganadero con que se cuenta en las zonas productoras.
Al contar con materia prima en carne, lo importante ahora es darle valor agregado a la producción para lograr mayores opciones de comercialización, porque existe un mercado externo ilimitado en países como China, Vietnam, Rusia, Tailandia, Indonesia, entre otros.
Si ha logrado mejoramiento genético en Santa Cruz y en el Beni, en las cabañas de cría y reproducción de las diferentes razas bovinas y podemos competir en igualdad de condiciones en el mercado externo, con ejemplares de la raza Nelore, Brahaman, Gir, etc. y en la venta de semen y embriones con calidad genética con que se cuenta y representa un mercado de más de 20 mil millones dólares americanos por año.
Al existir cultivos para la alimentación de la ganadería en el oriente en base a soya, sorgo, maíz y variedades de pastos aptos, hace falta el uso de la biotecnología como en otros países limítrofes y así lograr mejor competitividad, con la liberación plena de exportaciones. Esa sería la pauta para la integración ganadera-agrícola si hablamos de exportar, según los productores.
Sin embargo, la erradicación de la aftosa en Bolivia es acertada para miles de productores que encontrarán un aliciente en esta actividad.
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