lunes, 9 de octubre de 2017

Tras el vuelo de las abejas


DIRECTIVA

La directiva de la Federación Departamental de Apicultores de Chuquisaca está formada por:

Presidente: Alaín Paniagua (Chaco)

Vicepresidenta: Ana Rodas

Secretario de Actas: Jorge Flores

Secretario de Hacienda: Marcos Delgadillo

Vocal: Javier Cerezo

¿Cuáles son las abejas con las que se produce miel en Chuquisaca? ¿Cómo llegaron y cómo se adaptaron en las diferentes regiones del país? Son algunas preguntas que todavía siguen en el aire debido a que no se cuenta con estudios sobre las abejas y los tipos de mieles que hay en el país, sin embargo, desde Chuquisaca se apunta a responder estas interrogantes.

El Instituto Apícola Boliviano de ProMiel, la empresa productiva apícola ubicada en Monteagudo, es uno de los lugares con vocación en el área de la miel; tiene como objetivo consolidar una base de datos sobre el tipo de abejas que habitan el país y por ende, el tipo de producto que se puede obtener de ellas.

La importancia de tener estudios e investigaciones sobre el tema radica esencialmente en que con ellos se podrá identificar qué especies resisten más a distintos hábitats que son parte de la geografía boliviana, y cómo obtener una miel de mejor calidad, que además aumente el valor agregado del producto, indica el director del Instituto Apícola, Rodrigo Velarde.

El especialista de la instancia creada como parte de ProMiel por la ausencia de información sobre el área, precisa que en general hay a lo mucho cuatro estudios de abejas y productos de colmena de Bolivia, que han sido publicados por extranjeros.

“No tenemos una base de conocimientos para desarrollar el sector”, afirma el Director.

Y es que sin saber qué tipos de miel potenciar o qué especies llevar a otros sectores, la labor de la apicultura crecerá, pero no a su mejor ritmo.

Una de las misiones del instituto es comenzar por estudiar poblaciones de abejas, tipos de mieles y usos que se hace de los insectos nativos o los introducidos en la región. Es así que uno de los primeros objetivos que tienen es consolidar un catálogo de mieles de Bolivia, entre las que destacarían las de Chuquisaca, por su variedad.

“La variedad es un factor positivo que no estamos explotando en este momento”, comenta el Director, al anunciar que para alcanzar sus metas establecieron una cooperación con especialistas que harán un estudio de secuenciación del genoma de abejas en Bolivia, el primero de este tipo.

Como parte de un proyecto macro, los investigadores colaborarán con los funcionarios del instituto dependiente de ProMiel con un estudio de una fracción de poblaciones de este insecto. “Y si conseguimos fondos haremos una secuenciación más fina donde veremos qué es peculiar de cada tipo de abejas”.

¿POR QUÉ ESTUDIAR SU GENÉTICA?

Descifrar el ADN de cada abeja permitirá que se seleccione por tipos y se determine qué abeja es mejor para producir miel, cuáles resistirían mejor a la altura o a cambios climáticos o también qué tipos son más resistentes a enfermedades.

“Las abejas se adaptaron pero tal vez algunas son más adaptadas, más aptas para resistir, ya sea a la altura, enfermedades y otros factores. Ahora ya hay ese stock genético, pero para protegerlo debemos entender su estructura genética, debemos saber si están todas africanizadas, puede que algunas se ‘hibridizaron’ por ejemplo, entonces debemos hacer una selección dirigida a hacer una abeja mejorada y apta a las condiciones de cada región”, comenta el especialista.

Lo cierto es que Chuquisaca y algunas partes de Bolivia podrían ofrecer incluso miel orgánica, debido a las características de su producción, pero actualmente no se puede avanzar en esa área porque esa miel se mezcla con la que tiene contacto con insecticidas u otros, así que su valor agregado se pierde a causa de que no hay una separación en todo el proceso.

Velarde destaca que en la región hay una larga tradición con la producción de miel. Es así que en las familias de la zona del Chaco, especialmente, hay un vínculo especial con la actividad, tanto así que se puede ver hogares donde tienen abejas de la especie que no tiene aguijón, como una suerte de mascotas, una fortaleza para el sector que puede consolidarse en varias regiones.

CRECIMIENTO EN LA ZONA DEL CHACO

La Fundación Pasos, que trabaja con asociaciones de apicultores de la zona del Chaco y Centro, destaca un incremento notorio de producción y de calidad de miel, especialmente en los municipios de Muyupampa y Monteagudo, donde hay unos 300 productores agrupados en seis asociaciones con las que coordinan.

Con esos productores, Pasos registró un aumento de seis toneladas de producción en 2015 a un total de 26 en 2016, informa el coordinador estratégico de la Fundación Pasos, Antonio Aramayo.

En Sopachuy, Alcalá y El Villar, donde el trabajo apícola es relativamente nuevo, Pasos trabaja con 120 apicultores que registran una producción de unas ocho a diez toneladas.

Aramayo destaca la labor de la apicultura en Chuquisaca porque asegura que no deteriora el medioambiente y más bien lo alimenta y es importante para la producción.

Fundación Pasos incursionará con la apicultura en el municipio de San Lucas y asegura que es una opción productiva para las distintas regiones de Chuquisaca.

NUEVA LEY Y NUEVOS CONSUMIDORES

El principal desafío para aumentar la productividad de la miel es la necesidad de un mercado apto, ya que en Bolivia todavía no es común el consumo de ese alimento de manera cotidiana o constante, comenta la responsable del Consejo de Coordinación Sectorial de Desarrollo Productivo del Ministerio de Desarrollo Productivo, Shirley Velásquez, que llegó a Sucre hace unas semanas para el congreso departamental de apicultores.

La representante del Ministerio dijo que se trabaja en impulsar los espacios de coordinación y la actividad apícola en el país, pero que lo que advierten es que es necesario que la gente consume miel y especialmente que cuando lo haga sea una marca boliviana, porque actualmente se importa más miel de la que se exporta.

Para los productores, además del mercado, es necesario que se tenga presupuesto para sus programas y proyectos y una ley que los regule, es así que esperan que se apruebe la propuesta de ley departamental que presentaron a la Asamblea Legislativa Departamental.

En busca de impulsar su tratamiento en el congreso realizado en Sucre, las asociaciones eligieron a lo que ahora será la Federación Departamental de Apicultores de Chuquisaca.

Se trata de una instancia necesaria según la productora de El Villar, Ana Rodas, representante del Comité Ad Hoc que convocó a la elección de sus representantes.

La asesora de Desarrollo Productivo del Programa de la Cooperación Alemana GIZ, Isabel Limachi, destacó que la propuesta legal se trabajó con varios sectores que formaron un comité impulsor y que esperan que con ella se definan temas como la categorización de los productores apícolas y se les garantice presupuesto.

De hecho, a nivel departamental no se sabe con certeza cuántos apicultores hay en Chuquisaca, según la secretaria de Desarrollo Productivo de la Gobernación, Lucrecia Tolaba, quien valoró el interés que hay en este sector y dijo que para el próximo año tienen por ahora un presupuesto de algo más de medio millón de bolivianos.

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