Por lo expuesto por Díaz, el precio interno del producto debe reflejar el excedente existente en el sector ganadero. Acuerdos bilaterales impulsados por el Gobierno podrían derivar en primeras exportaciones de la producción cárnica a mercados asiáticos.
Ramos indicó que el ganadero ya paga el impuesto al RAU (Régimen Agropecuario Unificado) y sobre eso aplicar a los comercializadores más impuestos traería como consecuencia nuevos precios en la carne y sus derivados.
AMENAZA
“Si nosotros llegamos a facturar por lo menos tenemos que aumentar un 20 % el precio, entonces el producto kilo gancho puede costar entre 24 a 30 bolivianos, y el afectado no va ser el carnicero, el que tiene el punto de venta ni el ganadero, sino va a ser la ama de casa, y eso tendrá un efecto dominó que va afectar a los demás productos”, apuntó.

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