miércoles, 8 de febrero de 2017

Las abejas nativas del Chaco en riesgo de desaparecer



Pese al potencial que tiene su miel, las abejas nativas o sin aguijón desaparecen de a poco, como consecuencia de la destrucción y el desmonte indiscriminado que se realiza en el Chaco chuquisaqueño y el Oriente boliviano para la expansión de la agricultura y ganadería.

También ocurre debido al poco conocimiento que se tiene sobre la cría y el manejo de estos insectos y la extracción de miel que destroza los nidales y la colonia entera.

Los bosques están sufriendo grandes cambios por la explotación de los recursos naturales, el acelerado crecimiento demográfico en el país en general, la tala ilegal, los incendios, el avance de la frontera agrícola, la contaminación de cursos de agua y el tráfico de flora y fauna silvestres; actividades humanas que degradan el ambiente y afectan la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas implicados.

Las abejas autóctonas o sin aguijón están siendo perjudicadas por el deterioro medioambiental, la pérdida de la vegetación que brinda el néctar, el polen y los espacios naturales para alojarse y el uso de plaguicidas químicos, alerta el ingeniero agrónomo, educador y periodista ambiental, Efraín Peducassé.

El experto explica a ECOS que realizó una investigación sobre las abejas nativas en 19 comunidades del Área Natural de Manejo Integrado El Palmar, en el municipio de Presto y en el Parque Nacional del Área Natural de Manejo Integrado Serranía del Iñao, en los municipios Villa Serrano y Monteagudo. Lo hizo con el financiamiento del Banco Mundial a través del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) y el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) y la entidad ejecutora Línea Institucional de Desarrollo Rural (LIDER).

La investigación se realizó entre 2015 y 2016 con el objetivo de desarrollar un proceso de investigación y transferencia de tecnología que permita el aprovechamiento de las abejas Apis melífera y Abejas nativas, sin poner en riesgo el equilibrio de los ecosistemas.

A través del estudio se identificó a 213 especies, a partir de una revisión secundaria de plantas y también se determinó que 64 especies son exclusivamente melíferas.

Tienen potencial para la cría

Peducassé explica que la mayor parte de las especies de abejas nativas desarrollan con una temperatura de entre 22 y 26 grados centígrados,→ →si la temperatura es menor se incrementa la mortalidad de abejas.

Prefieren habitar en zonas sub tropicales y tropicales y pueden vivir a 3.400 metros sobre el nivel del mar.

En este marco, según Peducassé, gran parte del territorio boliviano tiene condiciones climáticas y diversidad de flora nativa y cultivada para la producción de abejas nativas, que representan una alternativa de generación de ingresos y seguridad alimentaria para pequeños productores.

Las abejas nativas nidifican en cualquier cavidad que encuentren disponible, como agujeros en árboles, pisos, paredes, huecos en rocas, nidos abandonados o nidos vivos de termitas y hormigas, o bajo tierra de acuerdo con la especie.

Se adaptan fácilmente a la crianza bajo cautiverio, en una caja racional a través de la instalación de meliponarios.

Características de las abejas nativas

Las abejas nativas o sin aguijón, son insectos visitantes de flores de menor tamaño entre 3 a 10 milímetros de longitud y viven entre 30 a 40 días, son más robustas y peludas que las avispas.

“Pese a pertenecer a uno de los grupos más comunes de insectos, son poco conocidas en nuestro medio, pero tienen gran importancia ecológica y económica gracias a sus hábitos alimenticios”, sostiene el experto.

Las abejas nativas se dividen en tres castas: la reina, las obreras y los machos o zánganos. Su organización social está regida por la reina, que es la única reproductora de la colonia y se dividen en trigonas y meliponas. Existen más de 20 mil especies en el mundo y viven en zonas tropicales y sub tropicales.

Representan un gran potencial para los ecosistemas a través de su función como polinizadoras de plantas nativas y cultivos de importancia económica; la conservación de estos insectos depende del manejo sostenible y la conservación de los bosques y ecosistemas.

“Nuestro país reúne condiciones de vegetación, temperatura y precipitación pluvial que sustentan un gran potencial de abastecimiento de néctar y polen para el desarrollo sostenible de una gran variedad de abejas nativas, las que actualmente están en peligro de desaparecer”, asegura Peducassé.

En Chuquisaca el Área Natural de Manejo Integrado El Palmar y el Parque Natural y Área Natural de Manejo Integrado Serranías del Iñao, tienen una gran diversidad en flora nativa y representan un gran potencial para el desarrollo de abejas nativas.

Nativas e introducidas

La abeja (Apis mellifera), originaria de Europa, África y parte de Asia, también conocida como abeja común, doméstica, extranjera o africana, fue introducida a América y Oceanía. Es la especie más diseminada en el mundo.

Su principal potencial es la producción de miel, se caracteriza por su agresividad, posee un aguijón que usa para la defensa de la colmena; puede ser un peligro para la población humana y animal si no se cuenta con un plan de manejo adecuado, dice Peducassé.

Contrariamente, las abejas nativas o sin aguijón, son inofensivas y no pican, aunque algunas producen mordidas segregando sustancias irritantes para defender su colonia.

La mayor parte de las nativas son sociables y viven en colonias permanentes, se reproducen naturalmente por enjambres y habitan en zonas tropicales y subtropicales

Productores ya crían abejas nativas

Según Peducassé, desde hace más de una década hay una cantidad considerable de productores apicultores y comercializadores de miel de abeja africana (Apis mellifera) en el Palmar y en la Serranía del Iñao. Están organizados en asociaciones a nivel local y nacional.

Sin embargo, desde hace unos cinco años también se dedican a la meliponicultura o crianza de abejas sin aguijón, debido a las propiedades medicinales y nutricionales de los productos de las colmenas que tienen una composición diferente a las mieles de la abeja común.

Los productores motivados por la obtención de la exquisita miel de abejas nativas, desarrollaron sus propias formas de captura. Optan por el trasiego o extracción del nido de acuerdo a su habitad natural, inicialmente ubican el nido de abejas y proceden con el corte del árbol, la desintegración del tronco y extracción del nido, transfiriendo la colonia a una caja rústica, para transportarla a su huerto donde adopta la crianza bajo cautiverio.

Las abejas nativas preferidas para la crianza racional son la “Señorita” (Tetragonisca angustula), Burro (Lestrimelitta limao), Burra (Tetragona sp.). Las mujeres e incluso los niños tienen una activa participación porque no corren ningún riesgo durante el manejo y el proceso productivo.

Producción

La producción de miel está supeditada a las condiciones del medio ambiente natural y a la disponibilidad de recursos naturales (polen y néctar de las flores). La mayoría de los productores cosechan dos veces al año: la primera entre marzo y abril y la segunda entre octubre y noviembre.

La producción de miel de los pequeños productores es primaria, abarca las actividades y cuidados que los meliponicultores realizan en sus meliponarios, con el objetivo de propiciar la producción de miel, como la elección de la especie de abejas, la ubicación, alimentación, estructura y el manejo de la colmena.

La producción secundaria, aún presenta sus limitaciones en cuanto al procesamiento de la miel, con actividades de recepción, extracción, envasado y almacenamiento. Para la comercialización con intervención de acopiadores a los que recurren los productores que no tienen la infraestructura para comercializar su producto localmente de manera formal, se han iniciado procesos de transformación en base a la miel y el polen principalmente.

Mercados

La miel de abejas nativas o sin aguijón se comercializa en comunidades, en ciudades intermedias y capitales del país en reducidas cantidades. El consumo moderado está recomendado para niños y adultos.

La crianza de abejas nativas sin aguijón, es una práctica poco desarrollada, que puede generar ingresos para los pequeños productores, pues su miel es muy apreciada en el mercado local e internacional por sus características medicinales, nutricionales y agradable sabor. •

Características de la miel de las abejas nativas

Las abejas nativas producen menos miel que la abeja común (Apis melífera),

La misma difiere en sabor, consistencia y usos.

Normalmente es más líquida, ácida y fluida.

Tradicionalmente se le atribuye mayores propiedades curativas y nutricionales.

Es una solución sobresaturada de azúcares simples, donde predominan la fructuosa y glucosa.

Es una mezcla compleja de hidratos de carbono, enzimas, aminoácidos, ácidos orgánicos, minerales, proteínas, vitaminas y calorías.

Las características organolépticas y fisicoquímicas del producto están asociadas con su origen geográfico y botánico.

Es altamente medicinal y alimenticia, se usa en prácticas de la medicina tradicional.

Tiene efectos positivos contra infecciones respiratorias, gástricas, renales, golpes, de la piel y de la vista.

FUENTE Efraín Peducassé, experto ambiental.


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