domingo, 31 de julio de 2016

El Alto goza de abundante oferta de sábalo tarijeño

Decenas de camiones procedentes de Villamontes, Tarija, llegan hasta la ciudad de El Alto durante la época de invierno transportando el más delicioso sabor que emerge desde el río Pilcomayo: El afamado pescado sábalo.

Los choferes ubican sus camiones en la zona conocida como “Final Los Andes”, donde se genera una importante cadena económica que incluye a los transportadores del pescado, las raspadoras (peladoras del pescado), las vendedoras de comida, las verduleras, los cargadores y otros.

Un promedio de 80 camiones reparten los aromas de Villamontes por todo el país. Una vez que se instalan a vender, también prenden el carbón y ponen varios sábalos a la parrilla para comer y, cómo no, para hacer antojar a los potenciales compradores.

Comer pescado puede resultar un lujo para una familia de escasos recursos, pero no es el caso del sábalo que se vende, en época de abundancia, en 5 bolivianos la unidad. Eso sí, comerlo requiere paciencia y maestría porque está lleno de pequeñas espinas.

El sábalo se come frito, al horno o a la parrilla, pero, según recomiendan los sureños, en la mesa no debe faltar un buen vino, un plato de mote y otro de papa.

El pescado de Villamontes es tan sabroso y tan barato que se podría pensar que todos lo compran para ponerlo en su mesa, pero no es así, porque la gente primero pregunta: ¿No habrá sábalo sin espinas? Pues, no hay.

Pero, los camiones pescaderos también traen otras variedades como el dorado y el surubí, que si bien no tienen las pequeñas espinas, cuestan más caros: 35 bolivianos el kilo.

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