martes, 24 de mayo de 2016

Dorado, el gran viajero de la Amazonia



La cuenca amazónica es la más grande del mundo, abarca siete países del continente y cubre casi 7 millones de km2. En resonancia con su gigantismo, se está desarrollando un programa faraónico de construcción de represas.

Un estudio publicado en la revista Science* en 2016 contabilizó por toda la Amazonia 246 represas planificadas o ya en construcción, entre las cuales 79 son megarrepresas hidroeléctricas.

Según Gislene Torrente, investigadora brasileña quien participó del estudio, “estos dispositivos tienen efectos en la biodiversidad local y los peces migratorios. Los proyectos son de tal magnitud que es probable que afecten también a toda la fauna amazónica y las poblaciones humanas que dependen de ella”.

Por ejemplo, en la cuenca Amazónica existen peces migratorios excepcionales. El Dorado, Brachyplatystoma rousseauxii, realiza las migraciones más importantes del mundo en agua dulce. Recientes estudios han demostrado que este pez recorre más de 8.000 km, cruzando el continente, desde Bolivia hasta la desembocadura del Amazonas en Brasil. Otra particularidad que tiene el gran bagre es de ser un superpredador, quien domina la cadena alimenticia.

“Las represas hidroeléctricas ponen barreras en sus migraciones y si se reduce drásticamente las poblaciones de Dorado, las consecuencias pueden ser muchas más graves que las previstas sobre el ecosistema. La desaparición de un gran predador puede afectar y desequilibrar toda la cadena alimenticia”, estima Fabrice Duponchelle, biólogo del IRD (Instituto de Investigación para el Desarrollo).

Frente al reto, un grupo de investigadores de Francia, Perú, Brasil y Bolivia se movilizó para entender mejor los movimientos del Dorado y su ciclo de vida. Los biólogos han seguido la pista del pez, y no fue tan fácil. La Amazonia es tan inmensa que es imposible usar métodos clásicos para seguir a los animales como el radio-traqueo, por lo que los científicos han tenido que ser creativos. Usaron la huella química de los ríos: en función del substrato geológico sobre el cual un río va corriendo y el agua se carga de elementos químicos como el estroncio en cantidades diferentes.

La ratio isotópica de estos elementos es diferente de un lugar al otro. Eso representa una gran ventaja para los biólogos porque el estroncio se puede substituir por el calcio dentro de las piezas calcificadas que se encuentran en la oreja interna de los peces. Estas piezas se llaman otolitos y crecen durante toda la vida del pez.

“Si en el curso de su vida un Dorado frecuenta varios ríos y cada río tiene una señal química diferente, eso se va a grabar en los otolitos del pez. Analizando estos ‘huesos’ podemos seguir sus desplazamientos,” explica el biólogo.

Gracias a este nuevo método se ha comprobado que algunos peces regresan a la región donde han nacido para reproducirse. Este comportamiento, bien conocido en el caso del salmón, es muy excepcional para un pez estrictamente de agua dulce. ¡El Dorado podría ser el único!

Los peces que han nacido en Alto Madera en Bolivia migran rápidamente a Brasil donde van a crecer, y después vuelven a Bolivia para su reproducción. “Parece que el viaje del Dorado no se hace al azar”, explica el investigador. “Las represas que se encuentran en su camino, como las de Jirau y San Antonio en Brasil, son problemáticas. La llegada a su zona de reproducción es muy comprometida”, agrega. Ya ampliamente utilizado por las pesquerías amazónicas, el gran bagre tiene ante sí un futuro muy incierto.



La autora es periodista

* Science, vol.351, issue 6269, 2016 DOI: 10.1126/science.aac7082

J. Appl. Ecol. 2016 DOI: 10.1111/1365-2664.12665

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