domingo, 21 de abril de 2013

Llamas y alpacas en el Centro Experimental Agropecuario Condoriri

Los camélidos sudamericanos representan una de las principales fuentes de recursos económicos para las poblaciones alto andinas de Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Ecuador. Los camélidos sudamericanos están conformados por cuatro especies, dos domésticas (Alpaca y Llama) y dos silvestres (Vicuña y Guanaco) y se encuentran distribuidas ampliamente a lo largo del territorio de estos países. La mayor población de camélidos domésticos se encuentra en Perú y Bolivia, con una mayor población de alpacas en Perú y una mayor población de llamas en Bolivia. En camélidos silvestres, la mayor población de vicuñas se encuentra en Perú, mientras que los guanacos principalmente están distribuidos en territorio Argentino y Chileno.

La Universidad Técnica de Oruro mediante la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias en la década de los 90, inicia el programa camélido en el Centro Experimental Agropecuario Condoriri, comprando ejemplares de las zonas llameras de nuestro país. Desde sus inicios a la fecha el programa camélido viene realizando trabajos de investigación dirigidos a incrementar los niveles productivos y reproductivos para de esta manera mejorar la calidad de vida de los hermanos productores que se dedican a esta actividad de gran importancia.

Llamas y Alpacas representan un recurso zoogenético de gran importancia por la gran variabilidad fenotípica que se observa, por tanto en la gestión 2004 se crea el Banco Nacional de Germoplasma Camélido con el financiamiento del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, formándose ecotipos o tipos, 15 en llamas y 6 en alpacas. Dentro las llamas están las razas/tipo Q’ara y T’amphulli; y los ecotipos Totora, Orinoca, Azanaque, Culta, Sajama, Quetena, Morejón, Yawaroco, Machaca, Uyuni, Janko Cala y Huastaca. En alpacas están la raza Huacaya y Suri; y los ecotipos Catavicollo, Sajama, Ulla Ulla y Kellohauira. Todos estos tipos o ecotipos son provenientes de los departamentos de La Paz, Cochabamba, Potosí y Oruro.

Resultado de las investigaciones realizadas en el programa camélido y el proyecto Bancamel, se puede afirmar que las llamas y alpacas de Bolivia poseen cualidades muy importantes en la producción de carne y fibra. La carne de los tipos de llama en Bolivia posee un contenido de 25.70% de proteína, mayor en comparación a los reportados por autores del Perú, bajo contenido de grasa que no incide en la formación de colesterol (3.69%), un rendimiento carcasa de 56.78%, siendo una carne sana.

En cuanto a la finura de la fibra el diámetro de tipos de alpaca de Bolivia se clasifica como FINA, siendo el promedio nacional 23.16 µ. La alpaca presenta 19 colores naturales, presentando 5 colores básicos (blanco, beis, vicuña, gris, café y negro). Siendo importante indicar que existen colores únicos en alpacas de Bolivia como el café oscuro marrón y pintado café negro, reflejando que nuestro país presenta mayor variabilidad en tonalidades de colores naturales.

El diámetro de fibra de tipos de llama de Bolivia se clasifica como FINA, siendo el promedio nacional 21.87 µ., Bolivia presenta más de 20 tonalidades de colores naturales de fibra de llama de acuerdo a las regiones de conservación in situ del proyecto Bancamel.

Llamas y Alpacas son especies eficientes en la utilización y conversión de pastos de baja calidad, con un menor requerimiento de nutrientes para mantener una adecuada salud productiva y reproductiva. Por tanto, indicar que los productores han enfrentado problemas en la producción de estos animales, desde precios injustos, elevados precios de insumos, denotándose una brecha entre las investigaciones realizadas en el programa camélido con la realidad y problemática de los productores. Es así que considerando a los camélidos como recurso natural renovable, en la actualidad tiene gran importancia desde lo sociocultural, económico y ambiental, por tanto como Universidad Técnica de Oruro se debe reivindicar y revalorar su producción incorporando a los productores en los trabajos de investigación como principales actores, recuperando sus conocimientos, estrategias y criterios en la producción de estos nobles animales. Teniendo en cuenta que los camélidos son un tesoro, conservarlos es garantizar nuestro futuro.

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